Evaluación Metacognitiva
Enviado por militzagonzalez • 27 de Marzo de 2012 • 1.510 Palabras (7 Páginas) • 672 Visitas
INTRODUCCIÓN
La metacognición se refiere al conocimiento del conocimiento, el pensamiento sobre el pensamiento, y se trata de procesos autorregulatorios del funcionamiento de procesos cognitivos más específicos detallados en los apartados anteriores. Tienen una importancia capital en el aprendizaje. Son los sistemas de alerta y de consciencia que han de acompañar a toda labor intelectual. Su ausencia en los alumnos y alumnas provoca grandes pérdidas de tiempo en el estudio con pobres resultados. Su presencia se correlaciona con una alta capacidad intelectual, eficacia y eficiencia en el trabajo.
Se trata de procesos cognitivos inferidos cuando el sujeto “se da cuenta” súbitamente de la solución correcta, o de la falta de comprensión que le somete a releer de nuevo el texto, o de la sensación de falta de planificación de la tarea que le propone a sí mismo la utilización de procedimientos paso a paso, o de la toma de contacto con la realidad cuando pensamientos distractores nos sitúan fuera de la tarea, o cuando el resultado de nuestro trabajo no sacia los objetivos propuestos y nos preparamos de nuevo a la tarea empleando otros métodos, o también cuando dichos objetivos sí se ven alcanzados y nos invade una sensación agradable de la misión cumplida.
Dichos procesos cognitivos que operan sobre el pensamiento, es decir metacognitivos, pueden llegar también a ser automáticos o no conscientes por razón de la experiencia en el campo que desarrollemos. Podremos hablar entonces de componentes ejecutivos (procesos metacognitivos generales y específicos) y no ejecutivos (procesos cognitivos); y ambos en función del tipo de elaboración intelectual que estemos desarrollando en cada tarea (de tipo local o de tipo global). Todo el control pasa de los componentes ejecutivos al sistema cognitivo; y toda la información pasa del sistema cognitivo a los componentes ejecutivos que la analizan.
EVALUACIÓN COMO ESTRATEGIA METACOGNITIVA
La evaluación debe considerar no sólo los productos sino también los procesos realizados en el aprendizaje. En este sentido se le da amplio valor a las tareas de aprendizaje realizadas por los alumnos y la evaluación no es una mera forma de acreditación sino que implica una valoración, en donde se reúnen aspectos cuantitativos y cualitativos. (Vélez, 1996)
No obstante esta primera delimitación del concepto, evaluar no es una tarea sencilla. Una de las preocupaciones centrales es que mediante la enseñanza se apoye a los alumnos para que realicen un aprendizaje reflexivo, de modo que puedan utilizar los conocimientos en contextos que se presentan cada vez más cambiantes. Desde este punto de vista la evaluación no se suma a los procesos de enseñanza y aprendizaje sino que se integra a los mismos, los informa y orienta. La evaluación es una instancia de enseñanza y aprendizaje (Vélez, 1997). De este modo, para evaluar los conocimientos de los alumnos el docente deberá tener en cuenta en los procesos de enseñanza y aprendizaje instrumentos y criterios que vayan informando y orientando su accionar.
Si no es tarea sencilla evaluar los conocimientos de los alumnos, cuántas dificultades e incertidumbres puede traer evaluar el conocimiento del propio conocimiento, conocimiento que el alumno posee pero que debe hacerlo consciente; conocimiento que el estudiante declara tener pero que, en ocasiones, no puede utilizarlo; procedimientos que usa en tareas de aprendizaje apropiadas pero que desconoce cómo se denominan. Entonces ¿Cuál es la utilidad de evaluar la metacognición?
Sólo otras preguntas pueden llevarnos a la respuesta: ¿Cómo toma conciencia el alumno de que no conoce sus procedimientos de aprendizaje, que procede sin saber cómo lo hace ante determinadas tareas de estudio, que el uso de sus estrategias cognoscitivas no son las apropiadas para una situación de aprendizaje particular? ¿Cómo toma conocimiento el profesor de las dificultades de aprendizaje de sus alumnos ante las tareas que está solicitando? La respuesta es evaluando. Aclaremos que no nos interesa determinar cuánto el alumno posee de los aspectos declarativos, procedimentales o condicionales de su conocimiento metacognitivo, sino ayudarlo a que tome conciencia en el proceso de enseñanza y aprendizaje de lo que dice saber acerca de su forma de aprender; de lo que hace y cómo lo hace, es decir, cómo procede estratégicamente; y cuándo, en qué situaciones concretas está utilizando los procedimientos. Al obtener este conocimiento, el alumno puede verse frente a sus posibilidades y sus dificultades y esto puede ayudarle a emprender la búsqueda de nuevas y mejores alternativas de aprendizaje.
Pensamos que una evaluación de la metacognición debe encuadrarse en un enfoque cualitativo y debería reunir las características de una evaluación continua, integral y auténtica. Mediante la evaluación continua, el alumno puede reflexionar a lo largo de toda la instrucción, como puede suceder en las interacciones con el docente o con sus pares, en donde pueda autoevaluarse, revisar y confrontar sus aprendizajes (Perkins y Blythe, 1997). La evaluación integral se orienta a que específicamente se atienda no sólo a los aspectos cognitivos sino también a los metacognitivos, sociales y motivacionales involucrados en el aprendizaje. Por último, la evaluación auténtica propone que se
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