FORTALECIMIENTO DE MUJERES ANTE DESASTRES

ANTECEDENTES

En el estado de Tabasco existen tres factores que representan un alto nivel de riesgo, tales como:

1. La ubicación baja de la mayor parte de su territorio en el delta formado por tres grandes ríos: Grijalva, Usumacinta y Carrizal;

2. La gran concentración de instalaciones y ductos de la industria petrolera con potencial de causar emergencias químico-industriales; y

3. La proliferación de llanuras de uso ganadero susceptibles a los incendios forestales en la época de estío.

Las inundaciones que en los últimos 6 años se han vivido en el estado de Tabasco han dejado ver las inequidades y desigualdades de nuestra región, incluyendo las de género, y la profundización de la situación de vulnerabilidad que enfrenta buena parte de la población de la misma. Ya que aunque estos desastres han desaparecido en instantes el desarrollo de décadas, el impacto del mismo ante una población especifica ha dependido de la vulnerabilidad que está presente.

Si se combina vulnerabilidad con una amenaza ya sea humana o ecológica, un desastre puede afectar más duramente a una población que a otra.

El instituto estatal de las mujeres está comprometido con el empoderamiento de las mujeres tabasqueñas que han sido victimas de violencia, es por ello que dentro de los servicios que brinda y de manera conjunta a los servicios psico-jurìdicos las mujeres que asisten, participan también en el taller psicoeducativo ofrecido por psicólogas y psicólogos sensibilizadas/os en género colaboradores/as del mismo instituto y en donde se realizan dinámicas reflexivas sobre temas que ayuden a las mujeres victimas de violencia a lograr su empoderamiento, este consta de 10 sesiones programadas semanalmente y dentro de estos temas se encuentran:

• Sexo y Género

• Tipos de violencia

• Autonomía de las Mujeres

• Auto Imagen

• Auto Cuidado entre otros.

JUSTIFICACION

El crecimiento descontrolado de la población, urbanización y la falta de planificación del uso del suelo, aumentan la naturaleza catastrófica de los desastres y con mayor vulnerabilidad, dando así lugar a un círculo vicioso de pobreza, degradación, índices de pobreza cada vez mayores y más desastres catastróficos.

Debido a la situación de vulnerabilidad en que se encuentran las mujeres, los desastres también tienen un mayor impacto negativo sobre la esperanza de vida de éstas que sobre la de los hombres. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, las mujeres, los niños y las niñas son 14 veces más propensos que los hombres de morir durante un desastre.

Las políticas actuales se enfocan en las actividades de respuesta a emergencias, las cuales cuentan con una mayor visibilidad pública que las políticas de prevención. Asimismo, los recursos son limitados y en muchos casos la ayuda post-desastre para la reconstrucción proveniente de fuentes externas ha actuado como un desincentivo para invertir en la reducción de riesgos. Sumado a estos factores, gran parte de las políticas, programas y otras acciones de gestión integral de riesgos, carecen de un enfoque de igualdad de género y de derechos, desentendiendo de esta forma el impacto diferenciado de los desastres en la población, así como de las acciones para su mitigación

La ausencia de la perspectiva de género en las normas y procedimientos de los esfuerzos de ayuda también refleja que, no sólo las necesidades e inquietudes particulares de las mujeres no se toman en cuenta durante la preparación, respuesta y reconstrucción respecto a los desastres, sino que tampoco su potencial para contribuir en estos procesos.

Además de la invisibilidad y la falta de respuesta a las necesidades de las mujeres en la gestión de riesgos, es evidente que, en general, ellas quedan excluidas de la discusión, formulación e implementación de políticas y programas de gestión de riesgos de desastres.

La integración de una perspectiva de género y de derechos en todas las etapas de la gestión riesgos es esencial para garantizar la efectividad de las medidas que se tomen en el sector, así como para contribuir en la construcción de sociedades igualitarias, más justas y sostenibles.

Existen diversas vulnerabilidades frente a los riesgos de desastres según las capacidades existentes de los/as individuos/as y sus sociedades para hacer frente,

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