Familia, sociedad y cultura como determinantes del individuo

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FAMILIA, SOCIEDAD Y CULTURA COMO DETERMINANTES DEL INDIVIDUO

ENSAYO

Sandra Guerrero Gómez

Matrícula: MDCO18117

Análisis del comportamiento humano

Doctorado en Educación

Mabel Guadalupe Haro Peralta

Docente

24 de mayo de 2018

FAMILIA, SOCIEDAD Y CULTURA COMO DETERMINANTES DEL INDIVIDUO

El hombre desde su nacimiento - inclusive desde la gestación- está inmerso en un mundo de relaciones (familiares, sociales, culturales) que son las que en últimas, determinan el curso de su pensamiento y su conducta. (Cadamil y Grajales, 1998, p.3).

Introducción

El ser humano es un ser social por naturaleza, que durante su crecimiento va estableciendo una relación con su entorno, que marca su desarrollo como persona, y por ende, su comportamiento.

Cuando nacemos, llegamos al mundo con una herencia biológica, que trae consigo una información genética específica, que es determinante en nuestra conducta, pero que va siendo moldeada mientras crecemos, por los factores sociales en los que estamos inmersos. Estos factores son la familia, la sociedad y la cultura, que ejercen una gran influencia sobre el comportamiento humano, lo que hace muy importante su estudio, para poder entender las diferencias en comportamiento que se pueden presentar en personas en situaciones semejantes.

En este escrito, se analizaran como influyen dichos factores en el comportamiento del adolescente, particularmente en su rol como estudiante.

Desarrollo

La familia es muy importante en el desarrollo humano, puesto que es primer grupo social con el que se interactúa y se crean relaciones, que son determinantes en nuestra personalidad.

La familia es fuente para cada individuo de sus emociones más tempranas y profundas, lugar en que se forma su ser físico y su personalidad moral, la familia une por medio del amor, del interés y del deber series más o menos largas de ascendientes y descendientes. (Burguière et al., 1988; Candamil, 1998, p. 19).

Cuando somos niños dependemos en todos los aspectos de nuestra familia, y es en ella donde empieza el aprendizaje del mundo. Lo primero que aprendemos, en lo que se refiere a conducta, lo hacemos imitando a nuestros padres o parientes más cercanos. En este hecho, es donde yacen las principales funciones de la familia, que de acuerdo a Candamil y Grajales (1998) son el manejo de los limites (enseñanza de las normas) y brindar afecto a sus miembros, aunque se presenten conflictos y dificultades.

Si estas funciones son bien cumplidas durante la niñez y adolescencia de los hijos, podríamos esperar encontrarnos con jóvenes que como estudiantes, respetan las normas, cuentan con valores sólidos y manejan una buena autoestima, que les permite establecerse metas y trabajar en pro de estas. Por el contrario, si se falla en alguna de estas funciones, encontraremos jóvenes con traumas emocionales, problemas de comportamiento y poca confianza en sí mismos.

Es importante recordar que la adolescencia es una etapa compleja del ciclo de vida del ser humano, en la que experimenta muchos cambios biológicos, que en muchas ocasiones afectan su estado de ánimo y comportamiento. Por esto, para los adolescentes en su rol de estudiantes es fundamental contar con el apoyo de la familia, que esta le inculque la importancia de estudiar y se dé el correcto manejo de las normas, sin descuidar la parte afectiva.

Según Candamil y Grajales (1998), “la familia debe acoplarse e integrarse tanto a las necesidades de los miembros que la conforman como a las de la sociedad de la cual hacen parte. Por tanto, sus funciones dependen de la estructura y tipo de sociedad” (p. 5). Esto nos lleva a pensar que las funciones de la familia están muy ligadas a las características de la sociedad, que es el segundo factor que vamos a analizar; iniciando por destacar el hecho de que “sin familia no habría sociedad, pero tampoco habría familias si no existiera ya una sociedad” (Burguière et al., 1988; Candamil, 1998, p.20 ).

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