Ferry Jules

En 1879 Jules Ferry ocupo los puestos de Presidente del Consejo y Ministro de Instrucción pública simultaneamente y antes de retirarse de estos cargos, hizo una carta dirigida a los maestros referente a la educción moral y cívica. En ella Jules hace un par de recomendaciones sobre las obligaciones que conlleva ser maestro, entre ellas habla de la educción moral y cívica.

Jules habla acerca de la Ley el 38 de marzo en la cual se estipula que, queda fuera del programa obligatorio la impartación de cualquier doctrina religiosa, ya que dice que "La instrucción religiosa pertenece a las familias y a la iglesias; la enseñanza moral es competencia de la escuela". Estoy de acuerdo con esta postura de Jules, ya que considero que cada persona es libre de elegir la religión que más le agrade y satisfaga sus necesidades religiosas, y que la escuela debe centrar su atención en la enseñanza de los contenidos, pero además debe enseñar las reglas elementos de la vida moral, para formar individuos que se sepan conducir correctamente por la vida.

Para ello menciona Jules que el maestro debe ser el ejemplo a seguir y si va a enseñar valores, actitudes y buenos modales debe predicar con el ejemplo, ya que es en esta edad en la que los niños son moldeables, es decir, en la que están abiertos al conocimiento, pero no solo el escolar, sino esta abierto a aprender las bases para ser un individuo honesto, con buena educción y con sus valores y reglas de moral bien cimentadas. Pero para ello debemos ser consientes de que cuando la figura paterna o materna no soy muy solidas, es la figura del maestro el ejemplo a seguir, y el que va a remplazar a los padres, por lo tanto debe dirigirse a sus alumnos como si en verdad lo fuera, con fuerza, con firmeza y autoridad, pero sobre todo con honestidad, enseñándole a diferenciar lo que es correcto, de lo que no lo es.

Es cierto que la responsabilidad que recae en el maestro es muy grande, sobre todo cuando los ojos de la sociedad están puestos en él, y que cualquier paso es falso es objeto de la crítica social, pero también es cierto que es un reto muy difícil de alcanzar, pero si cada maestro hacemos nuestra parte y nos comprometernos con nuestro trabajo, pero sobre todo con nuestros niños y en trabajo conjunto con directivos y padres de familia, podemos cumplir con esta misión que se nos ha encomendado.

Ser maestro no es cosa fácil, se necesita esfuerzo, paciencia, deificación, responsabilidad, se necesita de muchas cosas para ser maestro, pero sobre todo perseverancia, ya que los resultados de nuestra labor, no la vamos a ver a corto plazo, sino se va a ver reflejada en nuestros jóvenes, a largo plazo. Es por ello que no debemos darnos por vencidos.

Para lograrlo debemos actualizarnos, apegarnos a los planes y programas, ya que se van renovando conforme a las necesidades e intereses de la sociedad. En

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