Formacion Docente Y Liderazgo Compartido
Enviado por asincronica • 3 de Junio de 2014 • 1.938 Palabras (8 Páginas) • 503 Visitas
El voluntariado: una instancia que potencia y desarrolla habilidades de líder en la formación de docentes en vías del liderazgo compartido en educación.
Camila Hernández
Universidad Andrés Bello.
Resumen
El siguiente ensayo presenta la necesidad de que las universidades que forman docentes, favorezcan espacios donde se desarrolle la competencia de liderazgo, la cual resulta imprescendible en el área de educación, para que el Liderazgo Compartido sea efectivo.
Por eso se propone el voluntariado como una instancia que permite el desarrollo de las competencias que tiene un líder, las cuales se potencian a partir de la vivencia empírica de los mismos voluntarios.
Palabras claves: liderazgo, liderazgo compartido, voluntariado.
Abstract
The following article presents the need for teacher training universities, favoring areas where competition for leadership, which is Necessary for in the area of education, to be effective Shared Leadership develops.
So volunteering is proposed as an instance that allows the development of skills that has a leader, which are enhanced from the empirical experience of the volunteers.
Keywords: leadership, shared leadership, volunteerism.
a) Liderazgo en educación Superior.
La educación en Chile ha procurado avanzar junto a los cambios de paradigma que se han desarrollado al mirar el contexto. Casassu (2000) señala que antes se consideraba rígido, determinado, homogéneo y seguro, pero que ahora se reconoce como indeterminado, incierto, flexible, diverso y multidimensional. Por lo que ha sido necesario que la educación, que es la que prepara a las futuras sociedades, deje de desarrollar destrezas primarias, como señala Casassu (2000) “(…) destrezas invariantes de primer grado: saber leer, descifrar (…)” (p.13) en los estudiantes y comience a desarrollar competencias o “(…) meta destrezas tales como el auto conocimiento, la capacidad de análisis, autoevaluación, capacidad comunicativa, capacidad de adaptación, creatividad(…)”(p.13-14) para este mundo turbulento y cambiante.
Las políticas educacionales que ahora apuntan a desarrollar competencias en los educandos, también han sido tema en Educación Superior, como ha quedado plasmado en el proyecto Tuning Educactional Structures in Europa, el cual ha sido dirigido desde la esfera universitaria para desarrollar metodologías con las que se pueda diseñar, desarrollar, aplicar y evaluar los programas de estudio. Este proyecto Europeo ha tenido validez a nivel mundial, ya que ha sido aplicado en todos los continentes, teniendo buenos resultados.
El proyecto Tuning ha tenido una adaptación a la realidad educacional latinoamericana, en donde se ha propuesto que los programas de educación superior deben desarrollar en común algunas competencias genéricas, con el objetivo de crear programas de estudio comparables y compatibles en la región. Una de las competencias genéricas que se debe desarrollar en la educación superior es el Liderazgo, que lo entenderemos como la lo define Bolivar “(…) forma especial de influencia relativa a inducir a otros a cambiar voluntariamente sus preferencias (acciones, supuestos, creencias) en función de unas tareas o proyectos comunes.” (p.2), sin considerar las características particulares que puede tener el líder. La relevancia de desarrollar liderazgo, radica en la necesidad de que los profesionales logren liderar grupos humanos hacia un objetivo común en el campo que se desempeñan.
Sin embargo se encuentra la disputa de si se nace o se hace líder y si consideramos la segunda hipótesis, ¿qué es lo que forma a un líder? ¿Capacitaciones teóricas o la práctica?. Para desarrollar el ensayo consideraremos que el líder se puede formar, como lo señala el Gobierno de Chile (2000) son personas que “(…) adquieren una serie de comportamientos a lo largo de su vida, producto de su interacción y vivencia familiar, escolar, social.” (p.2) que le permiten generar habilidades de liderazgo.
En relación a lo anterior queda claro que en Educación Superior si se puede formar líderes, pero a partir de la experiencia empírica que permita desarrollar habilidades conceptuales (de una visión holística del futuro), técnica (conocimiento sobre un tema específico donde se desenvuelve), humana (sabe trabajar con persona y logra entenderse con ellas) y ser gestor de ideas. Pero considerando que debe ser a partir de la práctica que se forma un líder y en dónde pueda desenvolverse de forma autónoma para adquirir esas habilidades, ¿cuál sería la situación más idónea que permite el desarrollo de la competencia liderazgo?. Respondiendo a esa pregunta es que pienso en la única instancia común, que se da en educación superior, que permite desenvolverse de forma autónoma para liderar personas y hacerse cargo de acciones con mayor responsabilidad hacia un fin común, me refiero a las prácticas profesionales. Sin embargo ¿qué sucedió antes de llegar a la práctica profesional?, hubo 4 años, como mínimo, donde no se favorecieron espacios autónomos de práctica que promovieran el liderazgo; entonces ¿dónde? y ¿en qué momento?.
b) La formación docente y el liderazgo.
La relevancia de desarrollar la competencia de liderazgo en los futuros docentes radica en las cuatro dimensiones que postulan Day y Harris (2003): el traslado de los principios de la mejora escolar a la práctica individual en las aulas; sentirse parte activa junto a los demás del proceso de desarrollo y cambio y desarrollar el sentido de apropiación de dicho proceso; ser mediadores, por ser fuente de experiencia e información y actuar si son requeridos como tales para recabar apoyos; cultivar estrechos vínculos con el profesorado que posibilitan el aprendizaje mutuo. Da la impresión de una ampliación del rol docente, lo que ha generado una apertura del espacio en que se desarrolla. Como dice Katzenmeyer y Moller (2001) “Aquellos que lideran dentro y fuera de las aulas, que identifican y contribuyen al desarrollo de una comunidad e influencian a otros hacia la mejora de la práctica educativa”. (p.17).
Considerando lo anterior es que se torna necesario que en la formación docente se generen instancias que favorezcan el desarrollo de liderazgo, de una forma autónoma y empírica, donde el profesor
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