Frustracion

El protagonista de la película “Gracias por fumar”, Nick Naylor, es el vocero de las grandes tabacaleras. Se gana la vida defendiendo los derechos de los fumadores y los fabricantes de tabaco, enfrentándose a los representantes de la salud que desean prohibir el tabaco y a un senador que pretende poner etiquetas con la palabra veneno y la imagen de un cráneo sobre dos huesos en las etiquetas de los cigarrillos. Nick emprende una ofensiva de relaciones públicas, refutando los peligros de los cigarrillos en un programa de televisión y contratando a un agente de Hollywood para que promueva el hábito de fumar en las películas.

“Gracias por fumar” es una crítica a la industria tabacalera que se funda en un interrogante de origen ¿cómo defender lo indefendible? El uso retórico de premisas falsas a través de argumentos impecables le da a la voz del protagonista la fuerza avasalladora de lo verosímil. Esto es lo que se conoce como falacias, argumentos débiles o razonamientos incorrectos pero psicológicamente persuasivos. Nick es un profesional de la retórica: ha aprendido a argumentar e introduce a su hijo Joey en el arte de defender cualquier razón más allá de su propia validez.

A lo largo de la película encontramos tres escenas que dan cuenta de la explicitación de estas prácticas.

Cuando la maestra de Joey convoca a los padres de sus estudiantes a clase para que éstos les relaten qué profesión tienen y en qué consiste.

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