Futbol, Problematica Social

La culpa es nuestra.

Dentro de mis pocas experiencias como hincha de fútbol, me acuerdo del día que Santa fe y América disputaron un partido amistoso en el año 2011. Ese día asistí al estadio. Todo estaba tranquilo entre hinchadas, ya que por ser un partido amistoso este no tenia significado alguno. Pero cuando me encontré con un amigo integrante de una barra brava llamada “la guardia roja”, me dijo que había cerca de donde me encontraba aficionados de una barra brava llamada “los del techo”; él me advirtió de su peligrosidad definiéndolos como delincuentes y me aconsejó que tuviera cuidado en las gradas. También me informó que su barra le había advertido a la barra contraria que se mantuviera alejada, porque de lo contrario habrían enfrentamientos. El partido se acabo y una pelea se desato entre los mismos hinchas del Santafé donde un integrante de “los del techo” por intentar escapar se lanzo por la baranda, cayendo de cabeza y sufriendo una contusión cerebral. Dos de los integrantes de la barra “ la guardia roja” fueron acusados.

Esta experiencia personal y las muchas historias que escuchamos a diario a través de los medio de comunicación sobre la violencia en el deporte, especialmente en el fútbol, me ha llevado a cuestionarme sobre si dicha violencia tiene un origen reciente y relacionado con la desintegración social que se ha acentuado en nuestra generación o si tal vez tiene sus inicios en tiempos más remotos.

Al querer buscar los orígenes del fútbol y su incidencia social, encuentro que es considerado como uno de los deportes con mayor numero de seguidores, en donde familias y fanáticos se unen dentro de un estadio para compartir con hinchas del mismo equipo un momento de alegría y emoción. Es lo que quisiera encontrar al momento de ir a un estadio. Disfrutar el espectáculo.

Pero al escuchar la jerga que se maneja en el interior de los estadios, inmediatamente lo relaciono con términos usados en la guerra . Palabras como misil, táctica, estallido y disparo, por nombrar algunas, se refieren directamente al vocabulario utilizado en la práctica militar.

Al entrar en detalle en la esencia del fútbol, puedo visualizar que una de sus finalidades es intentar conquistar el campo contrario y vencer al oponente, através de estrategias que minen su capacidad de defensa. Las faltas, empujones y agresiones físicas, hacen parte regular de su práctica. Estas características innatas del futbol, lo convierten en un deporte de contacto y fricción, donde existe la posibilidad de lastimar al contrario, considerándose normal ciertas situaciones de rudeza.

Algún día escuché una frase que define en parte la visión que tengo de este deporte: “El futbol es un deporte de caballeros jugado por animales”, refiriéndose esta frase a que el fútbol puede sacar los comportamientos más salvajes y agresivos, que generalmente en la vida cotidiana no salen a flote. Si estoy en el terreno de juego como integrante de un equipo, mi mayor preocupación será llevar a mi equipo a la victoria, aunque en dicha búsqueda tenga infringir normas y reglas con el fin de conseguir nuestro objetivo. Trataré de burlar a quien hace respetar las reglas del juego, como es el arbitro.

Las agresiones físicas y directas, que conllevan a actos de salvajismo dentro del campo son muy frecuentes, como lo pude comprobar al escuchar las noticias y enterarme de los vergonzosos actos presentados en el futbol argentino entre los equipos de Arsenal y Gimnasia y Esgrima de la plata un sábado 26 de octubre de 2013 donde se presento una gresca, dando como resultado la expulsión de 5 jugadores.

Pero no puedo negar la importancia de este deporte a nivel social y cultural. Este deporte nos ha ayudado a promover la actividad física, aliviar el stress y generar cultura. En la ultima década la practica del futbol se ha incrementado de manera significativa, ya sea recreacional o aficionado, debido al interés que suscita entre niños, jóvenes y adultos, por su carácter competitivo y generador de emociones.

Ver fútbol se ha convertido en uno de mis planes dominicales al lado de amigos o familiares. Y ya seamos fanáticos u observadores activos, decidimos expresar nuestras emociones saltando, gritando, cantando, etc. Al ver un partido de futbol, las emociones se apoderan de todo mi cuerpo. Y lo que hacemos la mayoría de personas es dejarnos llevar sin agredir a los demás. Pero algunos deciden expresar esas emociones por medio de violencia, entrando a pertenecer a grupos como son las barras bravas.

No se escapa a mi poca cultura futbolera la importancia de los llamados Clásicos. Ya sea aquellos clásicos de equipos de una misma ciudad, como un Millonarios- Santafé o en su momento un Cali- América, o también aquellos de equipos de diferentes ciudades pero con amplia cultura futbolística. Uno de esos encuentros que mayor emoción causa en nuestro país y en el cual involucramos mas sentimientos es el de Millonarios y Nacional. Recuerdo un partido de la liga nacional entre estos dos equipos, el cual se tuvo que cancelar en el mes de septiembre de 2013 como consecuencia de los hechos presentados el fin de semana anterior donde fueron asesinadas tres personas aparentemente por hinchas de millonarios.

Al investigar los inicios de las llamadas barras bravas, pude detallar como los hinchas que pertenecían a estos grupos, se dedicaron a apoyar su equipo, portar su camiseta, e ir a cada partido que sus probabilidades

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