Fútbol Judicial
Enviado por danielacifu • 21 de Abril de 2014 • 1.203 Palabras (5 Páginas) • 162 Visitas
Pocos han sido los problemas legales y laborales que han rodeado al fútbol colombiano, aunque a un hincha pocas veces le interesa eso, sólo cuando la noticia es un ‘boom’ o un ‘hit’, pues siempre querrá saber antes que nada cuáles son los jugadores que podrían llegar al equipo, quiénes continúan, quiénes salen… lo de siempre. Eso me pasa a mí cada temporada. Estoy pendiente de los noticieros y las redes sociales, aunque no falta al que le gusta vender humo y nombrar jugadores que muchas veces ni han pensado en la posibilidad de dejar el club al que pertenecen.
Este año, un problema tocó las puertas del Fútbol Profesional Colombiano. La Dimayor no conocía a fondo el caso, que terminó por ser un escándalo, como esos de la farándula. Todos hablaban, opinaban y juzgaban sin conocer a profundidad lo que se desataba.
Jhonny Albeiro Ramírez, jugador actual de Millonarios F.C, estuvo vinculado desde Junio de 2010 al Boyacá Chicó F.C y en el 2012 dejó de ser parte de esta institución deportiva para incorporarse con el cuadro albiazul. ¿Su razón? Ramírez se da de cuenta que el Chicó sólo le daba el 10% de las ganancias, además de que no estaban pagas sus prestaciones, por lo que renuncia y firma un contrato con Millonarios.
La renuncia que presentó fue totalmente válida, pues su contrato (se suponía) ya finalizaba y él deseaba irse de allí y jugar con ‘Los Embajadores’. Lo que nunca se esperó, fue que Boyacá Chicó saliera con otro contrato, donde se estipulaba que él aún estaba ligado a este y que por ende sus servicios debían prestarse aquí y no en otro equipo. Él jugando para Millonarios, recibiendo un buen sueldo, cotizando su seguro y recibiendo todo tipo de prestaciones y Boyacá Chicó aduciendo que él sigue siendo parte de esa institución y debería estar allí, ¡qué problemón!
El problema se complejizó, por lo que Ramírez optó por imponer una acción de tutela puesto que si las partes no llegaban a ningún acuerdo y el problema seguía sin solución, él no podía volver a jugar. La FIFA lo ayudó con un ‘permiso’ para permitirle trabajar (jugar) y así mantener el sustento para su hogar y familia; al final, un tribunal privado, encabezado por la Dimayor, atiende el caso y le halla la razón al jugador. El primer round lo gana él.
Como era de suponerse, Boyacá Chicó apeló esta decisión para que el jugador volviera al club. El tribunal atiende el caso y continúa hallándole la razón a Ramírez. El contrato que había aparecido, quedó anulado ya que la renuncia que presentó él un mes antes tiene mayor validez, puesto que el documento que contiene la renuncia de Ramírez fue presentado debidamente ante el aparato ejecutivo del club tal y como lo estipula el Código Sustantivo del Trabajo. Siendo así las cosas, Jhonny para ese momento era un jugador libre y podía jugar tranquilamente en Millonarios.
Muchos pensábamos que todo quedaría aquí, pero obviamente no. Boyacá Chicó volvió a apelar y esta vez sí ganó. No ganó un volante de marca sino que ganó lo que muchos ambicionan, plata. Millonarios resultó indemnizado con 500 millones por supuestamente no cumplir con el primer contrato donde adquirió al jugador. Ganó el que no merecía, el que más sucio jugó.
¿Por qué el que más sucio jugó? Aquí, más que escribir como hincha ferviente de Millonarios, me pongo en los zapatos del jugador y de la misma institución deportiva, pues muchas irregularidades se presentaron a lo largo del caso, comenzando con que la Dimayor
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