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Grafoscopia


Enviado por   •  4 de Junio de 2014  •  1.897 Palabras (8 Páginas)  •  904 Visitas

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ELEMENTOS CONSTITUTIVOS O FORMALES

La palabra escrita está formada por un conjunto de líneas. Sí estas líneas forman parte esencial de la letra, se denominan trazos, los cuales pueden ser, a su vez, rectos, curvos y mixtos, y los curvos, cóncavos y convexos. Los trazos tienen comúnmente el movimiento de arriba abajo, y por formar parte esencial de la letra se llaman magistrales y también gruesos, porque al movimiento de descenso corresponde una mayor presión y, por tanto, un mayor grosor. Esos trazos magistrales se unen entre sí mediante unas curvas caligráficas de enlace, en las que aparecen los finos o perfiles.

Sí las líneas no forman parte esencial de las letras, se denominan rasgos, los cuales obedecen, en esencia, a un principio ornamental, y se denominan iniciales, cuando comienzan letras; finales, cuando las terminan, y enlaces, cuando, no siendo iníciales o finales, están en medio de una palabra y sirven de unión entre trazos magistrales de la misma o diferente letra.

En los rasgos iniciales y finales ocurren, a veces, algunas anomalías o peculiaridades, que se apartan de las normas caligráficas, originando el arpón o gancho, la masa o engruesamiento paulatino hacia un extremo por exceso de presión; el golpe de sable o movimiento rápido terminado en punta fina, y el golpe de látigo, más amplio que el anterior, con menos presión y, por tanto, sin terminación acerada.

La forma caligráfica de la caja es recta, pero a veces no ocurre así, aunque se escriba en papel rayado, sino que puede presentar un movimiento de reptación, que si es muy corta y afecta a una misma palabra, se llama ondulación, y si es más amplio y afecta sólo a la línea en general, se llama serpentina. Otras veces presenta la caja una marcada curvatura hacia abajo, en forma de cuenco, y esto se llama concavidad, pero si la curvatura es al revés, cuenco invertido, se llama convexidad. A veces las palabras, dentro de la línea, ofrecen un escalonamiento, como las tejas en un tejado. Tenemos entonces la escritura de base escalonada o imbricada (brique en francés), directa o inversa. En la escalonada directa, las bases de las palabras responden a este esquema.

La dirección de la caja del renglón es normalmente horizontal; mas como de sus variaciones ya hablaremos al tratar de los elementos estructurales del grafismo, a ellos nos remitiremos.

Graduación de valores formales.

No todos los signos gráficos tienen el mismo valor para desentrañar la personalidad del que escribe, porque la grafocrítica no actúa siempre sobre escritos espontáneos, como la grafología, sino que en general tiene que habérselas con escritos imitados o disimulados, cuya paternidad es preciso descubrir. En ambos casos es necesario darse cuenta, desde el principio, del mayor o menor valor que los signos pueden adquirir. ¿Cuál es el fundamento que nos permite graduar esos valores?

Se dijo en la introducción cuál es el proceso de la formación del escrito y la parte que en el mismo tienen el consciente y el subconsciente. Pero ahora debemos añadir más. En el escrito existen determinados signos muy aparentes o visibles y otros que pasan completamente inadvertidos. Los primeros son los que se imitan o disimulan, por lo que pierden valor en el análisis comparativo. En cambio, los signos invisibles, por el mismo hecho de serlo, escapan al falsificador por imitación o por disimulo. Y son verdaderamente interesantes en el descubrimiento de la autenticidad. Supongo que nadie tomará la invisibilidad en sentido absoluto, porque aunque algunos de estos signos realmente son completamente invisibles al ojo desnudo, otros son ciertamente visibles, pero pasan normalmente inadvertidos.

Aplicando este criterio a los elementos formales ya estudiados. Calificaremos de invisibles, y por tanto de gran valor demostrativo, a los siguientes:

1º Forma de caja del renglón, cuando es levemente ondulada o completamente recta, es decir: cuando no llama la atención.

2º Características de los puntos de arranque y de los rasgos finales. Ambos dependen de la posición de la pluma y de la índole del movimiento, tanto inicial como final, posición y movimientos que son invisibles para el profano y hasta para el mismo autor.

3º Forma y posición de los signos de puntuación, guiones, tildes y subrayados, que sufren una influencia total del subconsciente.

4º Deformaciones específicas, no tanto de las letras, que por ser muy características pueden llamar la atención, sino particularmente de nexos y grupos determinados, especialmente finales.

5º Homogeneidad o persistencia de las características personales. La desaparición de esa homogeneidad puede revelar la labor del subconsciente en el trabajo de imitación o de disimulo.

Elementos estructurales del grafismo

Angulosidad.- Es el predominio del ángulo sobre la curva y el grado de frecuencia del mismo.

Dimensión.- En este aspecto podemos distinguir la altura y la extensión del grafismo.

Dirección.- Se entiende por tal la que tiene la caja de la escritura comparativamente con los extremos superior e inferior del papel.

Enlaces.- La caligrafía.- Tiene establecidas sus normas de tal forma que el enlace de letras dentro de una palabra es absoluto y perfecto.

Inclinación.- Inclinar quiere decir etimológicamente doblar, recaer, tocar a su término, el cual no puede ser otro que la horizontal.

Presión.- Es la fuerza o energía con que se aplica sobre el papel el plumón o instrumento gráfico.

Velocidad o rapidez.- Este es un elemento que conviene aprender pronto a discernir, porque, a diferencia de los demás, no se aprecia a la vista general del novel y tiene, en cambio, tanta importancia, que en grafocrítica velocidad es sinónimo de espontaneidad.

Proporcionalidad.- Es la relación entre los diversos elementos del grafismo, por ejemplo, las alturas

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