HEMATOPOYETICO
Enviado por SandyKat • 31 de Agosto de 2011 • 3.553 Palabras (15 Páginas) • 372 Visitas
Hematopoyético:
Leucemia:
La leucemia es el cáncer de las células sanguíneas, normalmente de los glóbulos blancos.
Existen cuatro clases principales de leucemia: Las leucemias agudas y crónicas y cada una de ellas se subdivide en linfocítica o mielógena según su origen. En las leucemias agudas las células involucradas son muy inmaduras e indiferenciadas, por lo que son muy agresivas y de evolución rápida. En las leucemias crónicas las células sanguíneas son más maduras y diferenciadas, pero siguen siendo atípicas y cancerosas; su evolución es más lenta.
Las leucemias linfoides reconocen su origen en la médula ósea y tejidos linfoides y en ellas la célula anómala predominante es el linfocito (un tipo de glóbulo blanco). Las leucemias mieloides se originan en la médula, y las células anómalas predominantes son eritrocitos, plaquetas y/o glóbulos blancos menos los linfocitos. Debe quedar claro que en cualquiera de los tipos generalmente existirán recuentos anormales (cantidad) de todas o casi todas las células sanguíneas y habrá presencia de sus progenitores (blastos) en la sangre.
En muchos de los tipos de leucemia los síntomas son parecidos y podrían conducir a un error diagnóstico. Es por esto que es en base a pruebas y exámenes inmunohistocitoquímicos y otras muchas consideraciones que se define el diagnóstico y tratamiento a seguir ante cada tipo de leucemia en particular.
En el ámbito psicológico la mayoría de los pacientes que padecen esta enfermedad deben pasar por un difícil proceso de adaptación, presentando diferentes respuestas emocionales. El proceso por el que pasa el paciente es crítico para el desarrollo ulterior de su patología
Cambios tisulares:
Afecta a los tejidos encargados de fabricar la sangre (médula ósea, bazo y ganglios linfáticos.
La leucemia provoca una alteración en estos tejidos, haciendo que empiecen a producir un número anormal de glóbulos blancos, que pueden llegar a ser tan numerosos, que la sangre toma una apariencia blanquecina, de ahí el nombre de leucemia que significa “sangre blanca”.
Signos y Síntomas:
Los síntomas más comunes de la leucemia en términos generales pueden incluir aumento de la susceptibilidad a las infecciones y fiebres, anemia, hemorragia, hematomas y petequia (diminutos puntos rojos debajo de la piel que son el resultado de hemorragias muy pequeñas), fiebre, escalofríos, pérdida del apetito, pérdida de peso, hinchazón o aumento de la sensibilidad en los nódulos linfáticos, hígado o bazo, inflamación o sangrado de las encías, sudor y dolor en los huesos y articulaciones. Sin embargo, cada individuo puede experimentarlos de una forma diferente.
Diagnostico diferencial:
El diagnóstico diferencial será realizado por del Servicio de Hematología, mediante
Estudios histoquímicos, citogenéticos, inmunofenotípicos y de biología molecular.
Ahora bien mediante la clínica puede sospecharse un tipo de leucemia:
Leucemia aguda linfoblástica/mieloblástica: se caracterizan por la presencia de
células muy inmaduras llamadas blastos y con un curso rápidamente fatal en pacientes no
tratados.
Leucemia crónica linfoide/mieloide: presentan en el inicio, leucocitos bien
diferenciados y un curso relativamente indolente.
Acciones de enfermería:
Acciones de enfermería.
Evitar las lesiones.
Evitar la desnutrición.
Apoyo emocional.
Prevenir complicaciones.
Cuidados generales.
Preparar a la familia y al niño para los procedimientos de diagnósticos y tratamiento.
Aliviar el dolor.
Prevenir las complicaciones de la Mielosupresión.
Tomar precauciones a la hora de administrar y manipular los agentes quimioterapeuticos.
Tratar los problemas debido a la toxicidad farmacológica.
Proporcionar cuidados físicos y apoyo emocional.
Cuidados específicos para evitar hemorragia.
Cambiar de posición para favorecer la circulación.
Mantenerlo estable.
Alejarlo de cualquier objeto que provoque herida.
No administrar medicamentos con ácido acetilsalicílico.
Evitar punciones o técnicas invasivas innecesarias.
Cuidados específicos para evitar infección.
Evitar el contacto con personas infectadas.
Propiciar el aislamiento.
Practicar el lavado de manos exhaustivo.
Vigilar signos de infección como elevación de la temperatura, áreas de enrojecimiento o áreas de calor.
Proporcionar higiene general al niño.
Si es necesario manejar con técnica estéril.
Evitar vacunas.
Proporcionar una nutrición adecuada.
Evitar punciones innecesarias.
Cuidados específicos para desequilibrio del volumen de líquidos.
Control y balance de líquidos.
Favorecer la hidratación.
Aumento de la ingesta.
Valorar el estado de hidratación.
Cuidados específicos para el dolor.
Proporcionar masaje.
Distraer al paciente de diferentes maneras.
Proporcionar analgésicos en caso necesario.
Colocar medios físicos.
Mantener el reposo.
Inmovilizar el miembro que se encuentre con dolor.
Propiciar los juegos.
Cuidados específicos para el estreñimiento.
Proporcionar una alta ingesta de agua.
Manejar alimentos con fibra.
Aplicar masaje en el estomago.
Cuidados específicos para el deterioro de la mucosa oral.
Recomendar el uso de cepillos dentales con cerdas blandas.
Mantener una buena hidratación.
Proporcionar colutorios con agua bicarbonatada antes de comer.
Ingerir alimentos suaves, basados en una dieta blanda.
Cuidados específicos para el deterioro de la mucosa anal.
Aseo cada vez que el niño evacue, con agua y jabón neutro.
Cuidados específicos para el desequilibrio nutricional por defecto.
Proporcionar alimentos en pequeñas porciones con mayor frecuencia.
Aseo bucal.
Vigilar los vómitos.
Pesar diariamente.
Proporcionar alimentos que sean del gusto del paciente.
Valorar preferencias en la elección de la comida.
Evitar extremos en los sabores.
Cuidados específicos para el deterioro de la movilidad física.
Favorecer los periodos de actividad y descanso.
Cuidados específicos para déficit de actividades recreativas.
Favorecer el juego, leer libros
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