Historia Cosmeticos
Enviado por carolcarol • 23 de Noviembre de 2012 • 1.367 Palabras (6 Páginas) • 1.283 Visitas
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INDICE
Introducción. Los cosméticos……………….pág. 2
Siglo XIX……..pág. 2
Mediados de siglo XIX…….pág. 3
Finales del siglo XIX…..pág. 5
Resumen……..pág. 5
Valoración personal….pág. 6
Vocabulario…..pág. 6
Bibliografía…….pág. 9
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HISTORIA DE LOS COSMÉTICOS EN EL S. XIX
INTRODUCCION. LOS COSMÉTICOS
Los cosméticos son productos que se utilizan para la belleza o higiene del
cuerpo. Es habitual que se utilice como sinónimo la noción de maquillaje, que
es el compuesto artificial que se aplica en el rostro para adecuarlo a la
iluminación, ocultar imperfecciones o lograr una determinada
caracterización.
Un producto cosmético es "toda sustancia o preparado destinado a ser
puesto en contacto con las diversas partes superficiales del cuerpo
humano (epidermis, sistema piloso y capilar, uñas, labios y órganos genitales
externos) o con los dientes y las mucosas bucales, con el fin exclusivo o
principal de limpiarlos, perfumarlos, modificar su aspecto y/o corregir
los olores corporales y/o protegerlos o mantenerlos en buen estado".
SIGLO XIX
En el siglo XIX se impone la naturalidad. Las mujeres se perfuman con
ámbar, pachuli, Chipre. Los productos contienen fresa, frambuesa, naranja y
limón. Se caracteriza por el romanticismo, se siguen usando las leches, las
mascarillas, también se emplea la manteca de cacao, pepino, y para lograr la
palidez enfermiza, se pone de moda beber vinagre y limón para aclarar la
piel, incluso se ingieren sustancias que contenían plomo o arsénico con el
consiguiente riesgo de muerte.
Las mujeres se esconden del sol y del aire,
para preservare el rostro, que se muestra
blanquecino, donde destacan unos ojos
grandes y tristes.
Se lleva la cara pálida pero de manera
exagerada, el ideal es parecer enfermo y ya
no es suficiente empolvar con polvos de
arroz. La ojera se marca de azul al igual que
la venas. La idea es mostrar la sensibilidad
cutánea. Los pómulos se sonrosan con un rosa
de palo y los labios se maquillan en color
carmesí con forma de corazón.
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Se siguen usando perfumes, los más recomendados son los de lavanda ya que
denotan frescura y limpieza. Las uñas van naturales y abrillantadas con
cremas.
El canon de belleza no solo marca una piel extremadamente traslúcida sino
que también exige una cintura estrecha. Para ello utilizan corsés ajustados
hasta los extremos suponiendo también un riesgo por la deformación de los
órganos internos incluso problemas intestinales y enfermedades.
En los inicios del siglo XIX surge el primer intento de eliminar las arrugas
a base de un invento mortificador al que llamaban “esmaltado de la cara”,
que consistía en lavar primero la cara con un líquido alcalino, después se
extendía una pasta para rellenar las arrugas y encima se colocaba una capa
de esmalte hecha con arsénico y plomo, la cual duraba aproximadamente un
año.
Si la máscara era muy gruesa se agrietaba al menor movimiento y desde
luego, era de lo más insano e incómodo de llevar.
MEDIADOS DEL SIGLO XIX
Se logran sintetizar muchos productos naturales y se descubren otros
productos nuevos gracias a las investigaciones en Química Orgánica.
Muchos de estos productos de síntesis, como los aldehídos se emplean en
perfumería como sustitutos de las esencias naturales.
Se consigue de esta forma un abaratamiento de los costes y esto permite
extender el mercado de la perfumería.
En 1860 se aplica en cosmética capilar el agua oxigenada para realizar
decoloraciones del cabello. Se le conocía como “el agua dorada de la
fuente de la juventud” y su empleo se extendió rápidamente. La acción
oxidante sobre el cabello es lenta y su uso debía de hacerse a diario.
Con el fin de acelerar el proceso de oxidación, al agua oxigenada se le añade
amoniaco y se vio aumentada la eficacia de la decoloración.
Para la coloración capilar se habían empleando los productos tradicionales,
extractos vegetales de nogal, henna, bayas, musgo y sales de plomo.
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A partir de mediados de siglo se comienza a emplear el nitrato de plata (al
que se llama agua de Grecia), como producto par teñir el cabello. El gran
avance en coloración capilar se produce con el descubrimiento de las anilinas
en 1840. Estos colorantes sintéticos se empezaron aplicar en el teñido de
las pieles. En 1863, Haussmann descubre el colorante PPD (para –phenilendinamina),
que se empleo en peletería, años después su uso se extendió
como tiente en coloración capilar.
Curiosidad de la época:
La máscara de pestañas fue creada y comercializada a mediados del siglo
XIX por Eugène Rimmel,
perfumista y cosmetólogo francés.
La preocupación por el maquillaje
en torno a los ojos se remonta al
Antiguo Egipto, sin embargo
Rimmel fue el primero
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