Historia De LA EST IPN

“LOS HIJOS EN FAMILIAS DISFUNCIONALES”

Hay una realidad en las familias de la actualidad, que la gran mayoría de nosotros, los jóvenes, vivimos, pero que nunca comentamos, para no sentirnos mal, devastados, frágiles y vulnerables; eso es cuando vivimos en una familia rota, destruida, disfuncional. Existen muchos tipos, están las que son ocasionadas por la infidelidad, por el desempleo, por pobreza, por la religión y sobre todo, por el abuso verbal, psicológico y físico del padre dominante al otro, lo que lleva a que los hijos, somos los que tenemos que soportar, aguantar, tolerar y resignarnos a todas las consecuencias de los errores de los padres. ¿Que hicimos los jóvenes para merecer un mundo de gritos, peleas, desacuerdos y falta de amor? Parece que los padres de ahora prefieren decir “estamos juntos por los hijos”, solo por no tener las agallas para decir “NO”, “BASTA”, o por que han codependido uno del otro por mucho tiempo que se volvió costumbre, o la mentalidad tonta de “no tengo otro lugar a donde ir” y no se dan cuenta de todo el daño que nos hacen; desean seguir viendo como destruyen lo que alguna vez fue próspero y hermoso.

A veces, los niños crecen en tales familias y crecen con la idea de que eso es normal, puede causar que los conflictos ya existentes en los niños empeoren mucho más; que los padres se atrevan a ser sobreprotectores o lo contrario, a preferir a un hijo sobre el otro, ser apático y decir “No me importa lo que hagas de tu vida”, menospreciar "¡¿No puedes hacer NADA bien?!", “¡Debería darte vergüenza!". ¿Y que es lo que provoca o cuáles son los efectos de esta falta de crianza?

La crianza de lo hijos para mí, es la mayor herencia que nos pueden dejar los padres, lamentablemente las familias disfuncionales no tienen ningún límite social, ni financiero, ni intelectual y que hasta décadas recientes se le ha tomado la importancia y la seriedad que se le merece.

Y aunque sea un tema de ahora, desafortunadamente, se dice que no hay registro de que una familia este "intacta" de ser disfuncional; y como resultado, nuestros amigos, familiares y maestros, podemos estar completamente inconscientes de estar en una situación así o no queremos ver la realidad y nos segamos por miedo a perder a “una familia”, pero hasta que no vemos que el estar juntos por algún interés es veneno a nuestros corazones, no despertamos. ¿Cuándo dejaremos de creer que una familia que por más que intentemos arreglarla nunca se curaran las cicatrices y nunca será igual?

Hace poco tiempo me encontré con algo que decía que los niños o los jóvenes tomamos y adoptamos varios roles en una familia disfuncional: “La del niño bueno” o también conocido como “El héroe”, que suele ser el niño que asume el papel de los padres, ya que, ellos están en la otra habitación gritando sin siquiera darse cuenta de que existimos; “El chico problemático”, el típico niño que lo “culpan” de la mayoría de los problemas, a pesar de que es el único estable de la familia; “El Niño Perdido”, el discreto, el callado, cuyas necesidades son ignoradas o que nunca las muestra por miedo, y el que para mí, es el peor de todos es el famoso “Cerebro”, que es el oportunista que se quiere aprovechar de las fallas de los otros miembros de la familia con el fin de conseguir lo que quiere, a expensas de otros.

Según, John Bradshaw de Houston, Texas el cual es filosofo, consejero y profesor de teología nos habla sobre las reglas que tiene una familia disfuncional; según él, debemos tener control,

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