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Historia Y Vida Cotidiana


Enviado por   •  25 de Octubre de 2012  •  1.416 Palabras (6 Páginas)  •  836 Visitas

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Ante la pregunta ¿Qué es la vida cotidiana?, Agnes Héller, en su texto plantea que el hombre hace el mismo su historia pero en condiciones previamente dadas por las relaciones y situaciones socio-humanas, por lo tanto la vida cotidiana la define como el “conjunto de actividades que caracterizan la reproducción de los hombres particulares, los cuales, a su vez, crean la posibilidad de la reproducción social” “vida de todo hombre”, por lo tanto la vive cada cual, sin excepción alguna, cualquiera que sea el lugar que le determine la división del trabajo intelectual y físico. Nadie consigue identificarse con su actividad humano-específica hasta el punto de poder desprenderse enteramente de la cotidianidad, cotidianidad entendida como diferente para cada persona ya que cada uno vive su cotidianidad de manera distinta al resto y esta vida cotidiana está formada por distintas características, estructuras.

Para Héller en la vida cotidiana el hombre “pone en obra” todos los aspectos de su individualidad, toda su personalidad: todos sus sentidos, todas sus capacidades intelectuales, sus habilidades manipulativas, sus sentimientos, pasiones, ideas, ideologías. Justamente el hecho de que todas sus capacidades se pongan en obra determina una característica de la vida cotidiana, como es natural, el que ninguna de ellas pueda actuarse, ni con mucho, con toda su intensidad. El hombre de la cotidianidad lo describe como activo y goza, obra y recibe, es afectivo y racional, pero no tiene tiempo ni posibilidad de impregnarse enteramente en ninguno de esos aspectos para poder apurarlo según toda su intensidad. También se caracteriza por ser heterogénea en el sentido de los diferentes tipos de actividades que se desarrollan en la vida cotidiana, tanto por su contenido como por su importancia, lo que va a estar determinado por el tiempo y espacio que ocupe cada hombre, pero esta heterogeneidad está organizada de modo jerárquico. Esta jerarquía tiene que ver con un modo de organización, que va a depender de las estructuras económico-sociales predominantes. Héller introduce el término “hombre entero” para denominar entonces a este hombre que se desarrolla en la vida cotidiana realizando una variedad heterogénea de actividades (en las cuales no puede focalizarse totalmente) ordenadas jerárquicamente, según el tiempo histórico en el cual viva. El lugar que ocupa la vida cotidiana dentro de la sociedad es esencial: constituye su mismo núcleo.

En la reproducción de la vida cotidiana de cada uno de los individuos se reproduce la sociedad. En palabras de Héller “la reproducción de los hombres particulares crean la posibilidad de la reproducción social”. Con otras palabras, esto significa que la suma de cada una de las distintas acciones que forman parte de la cotidianeidad de los individuos conforma un complejo entramado que da lugar a la sociedad.

Héller sostiene que el hombre a su vez es un ser particular y específico. La particularidad significa el ser “individual”, único, irrepetible, este ser particular se basa en el Yo: se mueve a partir de las motivaciones de la persona (“yo siento frio”, “yo estoy feliz”). Lo específico es lo que conecta al individuo con la sociedad (“nosotros”); tiene que ver con lo específico de la especie humana. Para el hombre de una determinada época, lo humano-específico va a estar representado a través de la comunidad de la cual forma parte, formándose su “conciencia del nosotros” y también su misma “conciencia del Yo”. ¿Entonces lo específico varía históricamente? Para Héller no. Lo específico se desarrolla históricamente, pero no varía, porque como su nombre lo indica, es lo propio de la especie humana como los atributos o cualidades genéricas que la distinguen de las demás especies. Esta dimensión (particular, específica) congenia en el hombre. Cada hombre elige en forma relativamente libre los elementos específicos y particulares de su individualidad y en el desarrollo de esa “libertad” se origina la unidad del individuo, en esta “fusión” de particularidad y especificidad se produce la individualidad. Héller se refiere a una “muda coexistencia” del ser particular y el ser especifico porque la “aleación” de estas dos dimensiones, en la mayoría de los casos, no es consciente: se someten la una a la otra “mudamente” y explica que cuando antiguamente existían “comunidades naturales” el mundo particular y específico coincidían, formaban una única relación, pero en la sociedad moderna capitalista se produjo una separación de

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