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INFARTO


Enviado por   •  14 de Mayo de 2014  •  Ensayo  •  2.753 Palabras (12 Páginas)  •  456 Visitas

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EL INFARTO

DEFINICIÓN DE INFARTO

La palabra infarto (con origen en el latín infartus) forma parte del vocabulario médico y hace alusión a la necrosis de un determinado órgano (o de parte de él) provocada por la interrupción de irrigación sanguínea generada a raíz de una obstrucción en alguna arteria. El término también nombra al incremento de proporciones del órgano afectado.

Infarto La obstrucción de las arterias que conduce hacia un caso de infarto puede producirse por elementos propios del vaso (como placas de ateroma) o por elementos externos (un tumor que comprime la arteria, una hernia, una herida).

Aunque un infarto puede tener lugar en todos los órganos del cuerpo humano, el término suele usarse en líneas generales para describir al infarto agudo de miocardio (también conocido como ataque cardíaco o ataque al corazón). Este infarto (calificado como agudo por su condición de súbito) se caracteriza por un caudal insuficiente de llegada sanguínea en parte del corazón a causa de una obstrucción en alguna de las arterias coronarias.

La obstrucción, dicen los expertos, produce una isquemia (un daño celular por la disminución del riego sanguíneo y la consecuente caída de la capacidad de

Oxigenación) que, si no es tratada a tiempo, deriva en la muerte del tejido cardíaco y la posterior necrosis.

Los hombres mayores de 40 años y las mujeres que superan los 50 años de edad son los grupos de población que más se ven afectados por este citado tipo de infarto que tiene como sus principales síntomas un dolor torácico, que puede extenderse a los brazos y al cuello, y una dificultad respiratoria de cierta contundencia.

No obstante, aunque estos conforman el cuadro clínico más habitual también están otros tales como la pérdida de conocimiento, la debilidad o la somnolencia. Síntomas estos tres últimos que es más frecuente que aparezcan en el caso de las mujeres que en el de los hombres.

Y todo ello sin olvidar tampoco que se calcula que aproximadamente en una cuarta parte de infartos la persona afectada no experimenta ninguno de estos mencionados síntomas. En este caso los que sufren el mismo son en su gran mayoría los ancianos y los pacientes que padecen diabetes.

Además de todo lo expuesto es importante resaltar el hecho de que quienes sufren un infarto de miocardio, y una vez que se encuentran en el hospital correspondiente, es habitual que se sometan a lo que se conoce como cateterismo. Esta es una prueba de tipo diagnóstico y terapéutica, al mismo tiempo, con la que se persigue no sólo comprobar los daños que ha causado dicha dolencia sino también llevar a cabo, por ejemplo, la colocación de stents para evitar nuevamente un nuevo colapso.

Con anestesia local se lleva a cabo esta intervención que consiste en la inserción de un catéter a través del sistema vascular.

QUÉ ES UN INFARTO?

La definición más clásica de un infarto se refiere a la necrosis de algún órgano debida a una insuficiencia en el suministro de sangre, ocasionada por el bloqueo de una arteria. Asimismo, para los médicos, la definición de infarto como tal es la necrosis por isquemia, es decir, muerte de un tejido por falta de irrigación.

El corazón es el órgano del cuerpo humano que más trabaja, dentro de todo el organismo. A lo largo de la vida, se encarga de bombear continuamente la sangre rica en oxígeno y los nutrientes vitales a través de las arterias a todos los órganos y tejidos del cuerpo. Tiene su propio sistema arterial, conocido como arterias coronarias, las cuales transportan la sangre rica en oxígeno al músculo cardíaco (el miocardio).

Si el flujo sanguíneo al miocardio se interrumpe, ocurre una lesión conocida como infarto, o en otras palabras, un infarto al miocardio, llamado de forma popular ataque cardíaco o ataque al corazón.

Existen factores de riesgo en los infartos, los más frecuentes son: edad avanzada: (son mucho más frecuentes en personas mayores de 60 años). El tipo de sexo que posea la persona, ya que los hombres son más propensos a sufrirlos que las mujeres. Otro punto es la herencia, ya que las personas que tienen familiares con antecedentes de haber padecido enfermedades coronarias, tienen mayor probabilidad de padecer alguna enfermedad de este tipo. Asimismo el tabaco, la hipertensión arterial, la diabetes mellitas, la obesidad (sobre todo la mórbida), el sedentarismo y la hipertensión no controlada.

El infarto se caracteriza por un dolor torácico intenso y prolongado que se percibe como una presión intensa, y que puede extenderse a brazos y hombros sobre todo izquierdos, espalda, e incluso los dientes y la mandíbula. El dolor del infarto se describe como un puño enorme que retuerce el corazón, es algo muy similar al dolor que produce la angina de pecho, pero más prolongado. El miocardio, o músculo del corazón, puede llegar a sufrir un infarto, cuando existe una enfermedad coronaria avanzada.

FACTORES DE RIESGO

Los principales factores de riesgo para el infarto agudo de miocardio se clasifican en factores no modificables (edad, sexo, antecedentes familiares, enfermedades o condiciones previas....) y factores modificables, que son objeto de actuaciones preventivas para reducir el riesgo de la enfermedad.

Los principales factores de riesgo para el infarto agudo de miocardio son:

La edad: a medida que avanza la edad hay más probabilidades de desarrollar algún grado de enfermedad coronaria.

El sexo: Los hombres tienen dos a tres veces más probabilidades de sufrir un infarto que las mujeres.

Antecedentes familiares: Si una persona tiene un familiar de primer grado (padre, madre, hermano o hermana) con antecedentes de haber padecido enfermedades cardiacas, tales como angina de pecho o infarto, presenta el doble de probabilidades de desarrollar problemas similares que la población que no cumple estas características.

El consumo de tabaco: parte de las toxinas que se encuentran en los cigarrillos, reducen el calibre de las arterias coronarias y las dañan. Esto hace a las personas que fuman más vulnerables a la enfermedad coronaria. En comparación con los no fumadores, las personas que fuman 20 ó más cigarrillos al día tienen un 60-90% más de probabilidad de desarrollar una enfermedad coronaria y sufrir un infarto.

Una dieta no saludable: con una dieta alta en grasas saturadas, los niveles de colesterol en la sangre aumentan y, como consecuencia, aumenta el riesgo de cardiopatía coronaria. Algunos alimentos, como el pescado azul y el aceite de oliva virgen, contribuyen a reducir los niveles de colesterol.

El sedentarismo: La falta de actividad física está relacionada

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