INTERACTUANDO CON EL ESPACIO ARQUITECTÓNICO
Enviado por luis0028 • 14 de Julio de 2014 • 927 Palabras (4 Páginas) • 252 Visitas
INTERACTUANDO CON EL ESPACIO ARQUITECTÓNICO
Arq. Luis Enrique Ochoa Figueroa
“El Arquitecto debe mirar en 3D, pensar en 3D
y proyectar en 3D”
Arq. Enrique Murillo, año 1973
En primer término, me permito felicitar a las fundadoras de este nuevo y creativo espacio; a quienes tengo el placer de conocer personalmente desde las aulas universitarias de la Escuela de Diseño Grafico Anáhuac- Xalapa, ellas se carac- terizaron por ser alumnas altamente propositivas y emprendedoras, lo cual se eviden- cia en este proyecto, augurándoles gran éxito y significativa expansión.
Así, resulta muy grato participar hoy en esta edición, donde me propongo abordar una de las aristas más interesantes de la disciplina, sobre la cual Alvar Aalto expresa: “no solo cubre todos los campos de la actividad humana, sino que debe ser también desarrollada simultáneamente en todos esos campos”: La Arquitectura.
Dicha arista es: ¿Cómo lograr una adecuada interacción con el espacio arqui- tectónico? Habida cuenta del impacto que provocará en el ser y hacer del usuario y ¿Por qué no? -al lograrse una apropiada interacción- dicho espacio puede convertirse en un referente dentro de la comunidad donde se ubica.
Para acceder al tema, uno de los detonadores que vienen a mi mente, se encuentra en la expresión:“mirar-pensar-diseñar en 3 dimensiones”, rescatando así una de las más valiosas enseñanzas del maestro Enrique Murillo (en cuyo despacho de Diseño tuve el privilegio de colaborar 7 años a partir de 1972) y es que, difícilmente puede uno intentar lograr una interacción con cualquier espacio arquitec- tónico, tanto interior como exterior, si no ha sido ejercitado y desarrollado en un pensamiento tridimensional. Coloquialmente hablando, si no se tiene ese canal común de comunicación 3D entre diseñador-diseño, dudo que el espacio a crear reúna los requisitos que verdaderamente satisfagan al usuario.
El punto de partida elemental e invaluable para todo diseñador, es la perseveran- te observación en 3 dimensiones, con el inigualable don, de la Visión Periférica; sin excluir por supuesto, el gustar con nuestros demás sentidos, los elementos básicos de toda creación: forma, color, textura y elementos de relación (entre otros) y repito, ello como elemental punto de partida. El arquitecto necesita verdaderamente este ejercicio, porque de entrada nos permite –por sentido común, que por cierto “no es tan común”- ser congruentes con el mundo físico en que vivimos (tridimensional), y en consecuencia generar envolventes arquitectónicas propias y satisfactorias, cuya vigencia puede impactar no solo a la generación demandante, sino las subsecuentes.
Lamentablemente esta vital y valiosa cadena: observación-pensamiento-diseño tridimensional, no se ha instaurado con la contundencia debida
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