INVESTIGACIÓN DE CATEDRA
Enviado por Vanery • 3 de Junio de 2014 • 6.629 Palabras (27 Páginas) • 322 Visitas
INTRODUCCIÓN
En el presente informe escrito, se presenta de forma detallada la investigación realizada sobre el tema “La Importancia de la Educación Moral y Cívica en El Salvador”. Para la realización de dicha investigación se han utilizado diversos instrumentos, de los cuales el más importante fue la encuesta.
Además se presenta de forma detallada los antecedentes de dicho problema, la delimitación geográfica y de espacio en el que se realizó la investigación, también se muestran los resultados obtenidos en la encuesta, estos resultados son expuestos a través de un vaciado de datos y a partir de dichos resultados se llegó a las conclusiones que se plantean en el informe.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
"La educación moral y cívica es el fundamento primero de la formación que proporcionan los centros educativos, constituye el eje de referencia en torno al cual giran el Resto de los temas transversales y está implícita en todas las áreas y materias Por ello, el centro educativo como institución se responsabilizará de la formación moral y cívica de todos sus alumnos y alumnas, que quedará reflejada en sus normas de Funcionamiento, en la programación de las enseñanzas y en las actuaciones de todos los Miembros de la comunidad escolar".
La educación, es imposible sin una moral que la fundamente y la oriente. De aquí la importancia que a esta materia le otorgan los Organismos Internacionales y la Unión Europea. Más aún en nuestra sociedad en la que el progreso científico y tecnológico no siempre va acompañado de un progreso moral.
La formación cívica en nuestro país ha tenido una gran pérdida ya que hay muchas personas que se olvidan de los valores que debemos poseer como seres humanos.
Siempre en las escuelas se ha dado la enseñanza que como personas humanas debemos de tener muchos valores, pero hoy en día los jóvenes dejan de lado todos los valores que se les han inculcado para el mejoramiento de su vida.
Mi posición es que la educación moral y cívica debe tener una presencia fuerte, tanto en el programa de estudios como en el clima de la escuela. Esto contribuiría a mejorar la convivencia escolar y crear ambientes propicios para promover los aprendizajes. Valdría la pena considerar con seriedad la posibilidad de establecerla como una asignatura independiente, con docentes acreditados para impartirla, y una escuela comprometida con la promoción y práctica de valores democráticos y universales.
En mi opinión, elevar la importancia de la educación moral y cívica en el currículo nacional es la tarea pendiente. La razón es sencilla: fomentar la convivencia pacífica y la unidad desde la escuela, debe ser primordial en el contexto social, político y económico que vive el país. La escuela, entre otras cosas, debe sembrar valores para prevenir la violencia, garantizar pasos firmes en la construcción de la democracia y enfrentar con mayor unidad los problemas de desarrollo del país. Honestamente, creo que no soy la única que piensa de esta manera.
Los valores son cualidades que benefician a todos por igual, ya que se dan en la medida en que se obtienen y se obtienen en la medida en que se dan. Entre los valores que más se destacan encontramos: La libertad, la honestidad, la responsabilidad, la igualdad, la disciplina, la puntualidad, la lealtad, la humildad, el respeto, la tolerancia y el diálogo; la solidaridad, la justicia, la equidad, la fidelidad, la prudencia, la perseverancia, la integridad; aunque existe una diversidad no menos importantes, todos forman la columna vertebral para regir las acciones de los individuos dentro de la sociedad. Como los valores son cualidades que benefician a todos por igual, antes de hacer cualquier acción es importante que visualicemos previamente el impacto de esa decisión, para que no influyan de manera negativa en la sociedad y a su ves recordar que los valores siempre son y serán una guía que nos permita conducirnos por el camino correcto, así que busquemos reforzarlos, transmitirlos y comprometámonos a aplicarlos en su exacta dimensión, esto nos permitirá en algún momento de nuestras vidas, tener una sociedad más justa y equitativa.
Una sociedad basada en individuos con valores es la llave para una convivencia más sana. Las leyes civiles no son suficientes. En ellas se establece solo lo elemental para asegurar una convivencia medianamente decente, sin embargo no es suficiente con solo "cumplir la ley". Los valores van mucho más allá de cumplir el reglamento de tránsito, van a la raíz de las cosas.
En las organizaciones, los valores permiten que sus integrantes interactúen de manera armónica. Influyen en su formación y desarrollo como personas, y facilitan alcanzar objetivos que no serían posibles de manera individual.
Para el bienestar de una comunidad es necesario que existan normas compartidas que orienten el comportamiento de sus integrantes. De lo contrario, la comunidad no logra funcionar de manera satisfactoria para la mayoría.
Cuando sentimos que en la familia, la escuela, el trabajo, y en la sociedad en general, hay fallas de funcionamiento, muchas veces se debe a la falta de valores compartidos, lo que se refleja en falta de coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.
Por ejemplo, es difícil saber cómo enseñar a los hijos el valor “tolerancia”, si nuestros líderes y gobernantes insultan permanentemente a todos aquellos con quienes tienen diferencias de opiniones.
El conjunto de principios y normas morales que resultan que regulan las actividades humanas es lo que conocemos como ética, un concepto que por extraño que parezca se muestra desde la edad muy temprana en los niños y las niñas. La práctica cotidiana de una actitud moral respetuosa con los demás es una preocupación humana, la sociedad actual exige que contemplemos la moralidad como un aspecto básico del desarrollo del niño/a que consiste en la interiorización de las normas preexistentes de los que la experiencia y la razón señalan como acciones correctas, estas acciones son practicadas y defendidas por los miembros del grupo social determinado al que pertenece el niño/a, por ello se busca la armonía y no la conflictividad quedando como tarea específica que la escuela y la familia en un compromiso compartido que ambas deben enfrentar y unificarse en la responsabilidad y apoyo mutuo para el desarrollo pleno de una auto disciplina basada en valores, buscando en niños y niñas criterios que ellos conlleven buscar la verdad y asumirla para no ser manipulados por otros, se vuelve determinante una verdadera educación que potencialice el desarrollo integral y específicamente en la edad parvularia donde los valores se fomente por medio de reglas y normas de convivencia que se adquieren específicamente
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