Ideología dominante occidental y pensamiento de la periferia en nuestro sistema educativo

• Seminario de Pensamiento Nacional y Latinoamericano

• Trabajo Práctico Grupal.

1. Tema

Ideología dominante occidental y pensamiento de la periferia en nuestro sistema educativo.

1. Fundamentación

Teniendo en cuenta la carrera que estamos cursando en la universidad, nuestra orientación profesional y los intereses académicos, hemos decidido analizar, desde las perspectivas planteada a lo largo de la cursada, los marcos teóricos que fundamentaron la práctica educativa. Nos situáremos en aquellos paradigmas contrapuestos que fueron desarrollándose en el transcurso de la construcción de nuestro Estado Nacional.

1. Desarrollo

Todo sistema educativo acompaña un determinado modelo de desarrollo económico y social. En cada momento histórico las políticas educativas van de la mano de determinadas concepciones del desarrollo nacional. El rol de la educación fue cambiando con el pasar de los años, adecuándose al proyecto social, económico y político llevado a cabo por los diferentes gobiernos. Podemos afirmar a cada establecimiento educativo como un microcosmos que refleja lo que sucede en la sociedad en la que está inserta.

En la actualidad, varios son los temas en materia educativa, de interés social generalizado, que abren paso al análisis de la educación, como objeto de estudio ha investigar desde diferentes áreas y perspectivas. Extensos debaten acerca de cuál es el rol de la escuela, y que función debería cumplir en una sociedad postmoderna, que buscan reemplazar un desfasado modelo de enseñanza, propio de una institución tradicional surgida en un contexto moderno, que resulta anacrónico en la sociedad actual.

Plantearnos sobre cuáles son los objetivos que deben perseguir nuestros actos educativos, los tipos de prácticas que se realizan en los espacios áulicos, así como el vínculo que se establece con los educandos, nos conduce e invita a resignificar hechos de gran trascendencia para la construcción de nuestra identidad y verdadera independencia. La educación es parte de nuestro ser nacional y lo construye. Indagar sobre el tipo de ciudadano que desea la nación, los valores y conocimientos que debe poseer la sociedad, el capital cultural fomentado desde el Estado a través de las escuelas y los fundamentos teóricos que argumentan nuestras actos son parte del conocimiento personal y colectivo ¿quiénes fuimos, quiénes somos, y quiénes queremos ser?.

Los pilares que sostuvieron, durante un tiempo prolongado, la función de la escuela hoy sufren un proceso indagatorio donde son, seriamente, perturbados y cuestionados.

Se ha sabido pensar a la escuela como una institución que transmitía normas y valores generales, a la vez que enseñaba los conocimientos técnicos y científicos que le permitirían cumplir con su deber social y político de asegurar, simultáneamente, la integración del individuo en la sociedad y su promoción como ser independiente.

Con el surgimiento del Estado Moderno, una nueva organización política estable y permanente, la educación comienza a ser concebida como un servicio público. Utilizada como parte de un proceso que buscó la consolidación del Estado, su rol fue cambiando a través del tiempo, dependiendo del proyecto de país.

El Estado Oligárquico fue una forma de organización constituida sólo por la clase dominante que excluía a las masas populares de las decisiones políticas. La unidad nacional se logró mediante la consolidación de los intereses oligárquicos. El Estado fue homogeneizador y la educación contribuyó a través de la instrucción pública a crear la conciencia nacional. El patriotismo se convirtió en un proyecto de Estado y fue difundido a través de la escuela.

Con la ley de Educación Común 1420, aprobada en 1884, al Congreso de la Nación le correspondió dictar un plan general de educación, y las provincias quedaron subordinadas al mismo. La ley estableció la instrucción primaria obligatoria, gratuita y secularizada. La obligatoriedad suponía la existencia de la escuela pública, como medio de acceso a un conjunto de conocimientos estipulados por ley.

La reforma constitucional de 1949 cristalizó el deseo de construir otro tipo de gobierno. En el preámbulo se visualizaron los propósitos políticos, sociales y económicos intrínsecos a su acción intervencionista. A diferencia del enunciado en la Constitución de 1853, que trazó un programa de acción estatal conciliable con la mentalidad liberal y burguesa del siglo XIX, los agregados comprometieron de manera diferente al Estado.

La educación comenzó a ser concebida como un instrumento de inversión fundamental para el crecimiento económico y la justicia social. Era necesario gente más capacitada y especializada, con conocimientos específicos, para desempeñar los nuevos puestos de trabajo. Las políticas educativas permitieron que los sistemas educativos brinden esos conocimientos necesarios a todos los miembros de la población sin la exclusión por el origen social.

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