Idiosincrasia Boliviana

La idiosincrasia boliviana

Bolivia es un país con muchos matices culturales, que vienen desde la época prehispánica y mezcla de estas culturas ancestrales con las costumbres traídas desde Europa por los conquistadores y los inmigrantes de épocas posteriores.

Algo muy propio de los bolivianos es la costumbre de comer en casa con la familia. Recientemente debido a la globalización se ha adquirido la costumbre de comer comida rápida, cosa que hace pocos años no existía y la razón por la cual Mc Donalds no tuvo éxito en este país.

Además, se tiene la hora del té. Entre las 6pm se toma el té o café con empanadas o masitas dulces, esto es como la merienda entre el almuerzo y la cena.

Los domingos son días familiares, cualquier actividad programada incluye a la familia, las más comunes son ir a la iglesia, comer fuera, visitar a los abuelos, ir al parque o cosas similares.

La gente compra para la semana en el mercado, el supermercado es para cosas de último momento, pero no se considera como para hacer compras en grande.

Todos conocemos a alguien que se fue a trabajar a España “por unos años” y nunca volvió, porque hay más de 150 000 bolivianos residentes en ese país.

Como en la mayoría de los países de América Latina, en Bolivia la gente no es conocida por su puntualidad, refiriéndose a ello como la hora boliviana.

Existen muchas etnias indígenas, que tienen diferentes lenguas, para conservarlas, en las escuelas públicas se enseña como segunda lengua la correspondiente a la mayoría indígena en esa región, por lo tanto la mayoría de los bolivianos tienen al menos una noción de las lenguas nativas.

Bolivia es un país grande, y por ello tiene diferentes regiones climáticas. La gente de cada región tiene una denominación diferente, tiene comida regional diferente y bailes distintos.

El folklore es muy importante y por ello a todos los niños se les enseña a bailar los bailes típicos, la vestimenta y el significado.

Muchas costumbres tienen su base en leyendas o mitos pasados de generación en generación desde tiempos coloniales o incluso antes, por ejemplo la feria de Alasitas, una feria donde se venden objetos en miniatura, los cuales después de ser bendecidos por un yatiri (un guía espiritual), traen al dueño la realidad de lo que representan.

A pesar de la globalización y los tiempos cambiantes, Bolivia es un país muy conservador que mantiene muy arraigadas muchas de las costumbres de antaño, parte de la cultura que nos hace sentir orgullosos.

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