Inteligencia emocional .
Enviado por Leylianny1D • 12 de Octubre de 2014 • Tesis • 10.124 Palabras (41 Páginas) • 271 Visitas
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN
2. ENSAYO
2.1. Qué es el amor
2.2. Ausencia de la razón
2.3. Experiencias en nuestra vida
3. CONCLUSIONES
4. BIBLIOGRAFÍA
Introducción
- En este ensayo el tema principal que se va a tratar, es el amor.
De manera a través de la cual seamos capaces de dar una definición clara de este sentimiento, que a veces se adorna con palabras bonitas y se acaba por no decir nada.
- Aunque debo aclarar que no pretendo abordar este tema únicamente de manera científica o material, tratando el amor como un mero sentimiento que surge por la acción de nuestro cerebro, como afirman algunos entendidos; lo cual respeto pero no comparto. Pues los sentimientos, el amor, nacen de lo más profundo de nuestro ser, el alma.
- Otro punto importante en el ensayo, es cómo repercute el amor en nuestra vida. Cómo las malas y buenas experiencias nos condicionan a la hora de actuar ante diferentes situaciones.
- Además otros temas que se van a tratar son: las diferentes formas en que se presenta el amor, cómo se vive ese primer amor, se cuestionará la existencia del flechazo… así como la irracionalidad de los sentimientos.
- Por último, antes de continuar, me gustaría decir que en este ensayo solo aporto mis ideas y pensamientos de forma sencilla, desde el punto de vista que puede tener una chica de 17 años.
DOCUMENTOS UTILIZADOS:
“Inteligencia emocional”
Enlace
Aún cuando la importancia e influencia de nuestras emociones sobre el pensamiento, actitud, conductas, percepciones y desempeño social, han sido ampliamente conocidas y desarrolladas por la psicología, sólo en la actualidad se ha vinculado a éstas, el concepto de inteligencia, el cual históricamente ha estado ligado a capacidades de raciocinio lógico, memoria, pensamiento abstracto, habilidades matemáticas, espaciales o aptitudes manuales o perceptivas, relegando el concepto de inteligencia a una capacidad para realizar una tarea específica. De ahí que surgieran preguntas como ¿por qué personas que presentan capacidades altamente desarrolladas y que por ende obtienen altos indicadores de C.I. y que además son exitosos en su profesión, fracasan al aplicar sus capacidades o inteligencia en su vida privada o incluso presentan limitaciones para adaptarse y desarrollar relaciones armónicas con su entorno?
Nuestros sentimientos más profundos, nuestras emociones, nuestras pasiones y anhelos, están en relación directa con nuestras vivencias y experiencias, ellas nos guían cuando se trata de enfrentar momentos difíciles y tareas demasiado importantes para dejarlas sólo en manos de nuestro intelecto: los peligros, las pérdidas dolorosas, la persistencia hacia una meta a pesar de los fracasos, los vínculos con un compañero o con la familia. Cada emoción nos ofrece una disposición definida a actuar (a responder), cada una de ellas nos señala una dirección que ha funcionado bien para ocuparse de los desafíos repetidos de la vida humana, lo que implica que las emociones han cumplido y cumplen una función adaptativa y de desarrollo de la especie humana.
Nuestras emociones más profundas y duraderas, a las cuales llamamos sentimientos y que constituyen la base de nuestra vida afectiva, son necesidades inherentes al ser humano. El movimiento de la vida afectiva tiene dos direcciones: hacia la unión y la dependencia afectiva, o hacia la separación e independencia afectiva. Cuando una persona vive sucesivas frustraciones en su movimiento hacia la unión afectiva -no es recibida o es abiertamente rechazada- su reacción puede ser la de resentirse y adoptar la actitud de indiferencia como mecanismo defensivo. Una defensa creada para evitar sentir el dolor generado por la frustración en su necesidad de dependencia afectiva. Esto implica una inhibición o negación de su sensibilidad afectiva, lo que puede traer como consecuencia dificultades para actuar en forma empática, o para generar vínculos profundos y auténticos por el temor al rechazo, generando una inseguridad en sí mismo dada, su percepción de incapacidad de atraer y retener al otro.
Cuando una persona vive sucesivas frustraciones en su movimiento hacia la separación afectiva, puede sentirse culpable de herir y adoptar una actitud de sensiblería exigente y exceso de susceptibilidad en sus relaciones interpersonales, sintiéndose incomprendida y buscando que las personas que la rodean se hagan cargo de su dolor y frustración, no haciéndose responsable de lo que le pasa. Cuando la persona presenta carencias en una u otra dirección, en lugar de buscar en sí misma la causa de su dolor y darle solución en su interior, busca malhechores en el medio externo que justifiquen su resentimiento. Su tendencia será a percibir un medio hostil, a manipular las relaciones y el medio externo sin un beneficio para nadie. Por lo tanto, nuestra capacidad para reconocer y manejar nuestras emociones, es vital para lograr un equilibrio en la relación con el medio y en la satisfacción de nuestras naturales y sentidas necesidades de plenitud afectiva.
“El perro del hortelano”
El perro del hortelano es una obra donde sus protagonistas, Teodoro y Marcela hablan en la alcoba de la condesa Diana. Tristán vigila en la puerta, ve que se acerca Fabio, entonces Teodoro y él se dan a la fuga empujando a Fabio que cae rodando por las escaleras. Al rato la condesa llega a sus aposentos y se encuentra con todas sus sirvientes hablando en un corro. Por la situación deduce que ha sido un hombre el que ha entrado. Habla con Marcela y ésta le confiesa todo, tras esto la condesa decide que Marcela y Teodoro se casarán, pero en realidad ella está enamorada de Teodoro. Diana escribe una carta de amor a Teodoro explicándole sus celos y éste al ver que tiene posibilidades con la condesa rechaza a Marcela. A los pocos días la condesa recibe a sus dos pretendientes, el conde Federico y el marqués don Ricardo, y escoge a su futuro esposo, rechaza a Teodoro quien vuelve a los brazos de Marcela. Al notar Ricardo y Federico el amor de la condesa por Teodoro encargan a Tristán que lo mate quien, a parte de quedarse hábilmente con el dinero, no traiciona a su amo, si no que mediante una treta engaña al viejo conde Ludovico de que Teodoro es su hijo al que llevaba sin ver muchos años y que había estado viviendo en Italia. Una vez convertido Teodoro en noble ya se puede casar con la condesa por lo que rechaza a Marcela y se casa con ella. Enfadado el marqués Ricardo toma a Marcela para intentar dar celos a Teodoro pero no lo consigue y al final Teodoro y Diana se casan.
“Romeo y Julieta”
Esta historia comienza en Verona, donde los Capuleto y los Montesco se odian.
Los Capuleto realizan
...