Interes Social

COMBATE POPULAR DE LA PARADA

Escribe: Alberto Manzanares

El conflicto en el mercado mayorista de La Parada, el emblemático y principal centro de acopio y de distribución de alimentos de primera necesidad de la capital, estalló.

MUERTES Y TERGIVERSACIONES

La gran prensa y la televisión –con las leves diferencias del caso- se lanzó frenéticamente a acusar a esta lucha de resistencia frente la agresión de un centenar de tropas montadas y disparando a matar, como acción de delincuentes y vándalos.

Mezclaban, adrede, dos momentos, totalmente distintos, de los sucesos del día jueves. Los de la tarde, el enfrentamiento; y los de la noche, del saqueo en Gamarra después de la retirada de la Policía Nacional, que dejó desguarnecido el emporio comercial.

La verdad de los hechos disipan de a pocos el humo que oculta un conflicto de años y que ha estallado porque, por enésima vez, las autoridades creen que este país les pertenece y que la voz de los de abajo no cuenta.

El saldo de vida segadas, otra vez del lado del pueblo trabajador, son las de Kenyi Castro Velita (32) y Gino Cárdenas Rivero (20). Hay, además, más de un centenar de heridos.

LOS HECHOS

A pesar de que, según las informaciones públicas, el Comité de Lucha de La Parada venía sosteniendo conversaciones con la alcaldesa Susana Villarán, a fin de evitar el desalojo y dar una salida viable para que La Parada siga funcionando, Susana Villarán había puesto en marcha un plan claramente provocador.

Desde mediados de setiembre decidió prohibir el acceso de camiones al mercado mayorista. El paro de inicios de octubre de los trabajadores y comerciantes mayoristas y minoristas, aparentemente hizo retroceder esta tentativa.

Pero la Villarán, siguió adelante. Este jueves, disponiendo el transporte de bloques de cemento, decidió el cerco de La Parada. “Considerando la situación de perturbación, esto constituía una grave provocación”, reflexionaba un regidor de la comuna limeña, miembro del PPC, ante la televisión local.

Dijo que esto sorprendió a todos, cuando había de por medio una Mesa de Diálogo, y peor, al realizarlo en hora punta. Esto es, cuando la presencia de público está en su pico, la afluencia de camiones de abastecimiento es más intensa, y por tanto, cuando mayor es el trabajo de los comerciantes y los centenares de carretilleros y estibadores.

"DELINCUENTES Y VÁNDALOS"

Desde su refugio extranjero, Susana Villarán ha echado más leña a la hoguera: “(Estoy) fuera del país por un impostergable asunto familiar que ya había dejado de lado demasiado tiempo. Quiero expresar mi profundo dolor por las dos vidas humanas que se han perdido ayer. Esto no debió suceder, ayer hemos visto quiénes son los verdaderos dueños de La Parada, una zona dominada por la delincuencia, sin orden ni ley”

Hipocresía pura, sin duda. Pero además el leimotiv de la campaña con que preparaban el desalojo o su asfixia y posterior hundimiento: que hay un total caos vehicular, desorden y mugre, delincuencia al por mayor, y que Lima se merecía un mercado moderno. De modo que los trabajadores tenían que manejar nomás,

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