Introduccion costo marginal

Inicia la noche en el barrio Chapinero, el santuario de la rumba gay de Bogotá pronto despertará y más de 6000 metros de diversión cobraran vida. El lugar se prepara para recibir aproximadamente a 5000 protagonistas de su noche, cantidad que es capaz de llenar el bar más grande de Latinoamérica. Se hace llamar Theatrón más conocido como Thea, fue creado hace más de 15 años.

Según Edison Ramírez, el dueño de la discoteca, 10% de la población de Bogotá pertenece a la comunidad LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgeneristas). Por eso, no sería descabellado decir que al menos el 1% de esta población, cerca de 80.000 personas, ha entrado a Theatrón. Este bar tiene una capacidad de 5.000 personas, pero en algunas ocasiones ha alojado a más de 6.000. Cuando Theatrón abrió sus puertas, el miércoles 27 de febrero de 2002, la entrada costaba $12.000. Hoy cuesta $25.000, con los que se puede disfrutar de barra libre de 9 p. m. a 2 a. m. Los licores más vendidos son el ron Tres Esquinas, aguardiente Néctar y Antioqueño, ron Santa Fe, vodka Smirnoff y Absolut y whiskys, en especial Something Especial. La botella más barata es de aguardiente ($42.000), y la más cara es la de Buchanan 12 años ($150.000) Edison Ramírez recuerda que a las 11 p. m. su socio se acercó y le dijo que todavía había fila de personas por entrar. Se esperaban 1.000 personas y llegaron 1.200. En la actualidad entran en promedio entre 3.000 y 3.500 clientes en una noche. Pero luego de tumbar paredes para ampliarse, llegaron a la capacidad actual de 5.000 personas, entre gays y “heteroconfundidos”, como dice Ramírez.

Al llegar, se puede observar una fila que parece interminable la cual va desde la esquina de la calle 54 hasta el parqueadero subterráneo del lugar. Desde que se entra a la discoteca, la seguridad es una constante. Hay dos filtros: el primero se cerciora de que los asistentes sean mayores de edad y el segundo se les restringe la entrada a borrachos, personas armadas, que no tienen la ropa adecuada, a algunas parejas y hasta personas especificas en los grupos de amigos dando como resultado una ola de tristeza y el fin de la rumba porque se perdieron probablemente de una de las mejores noches de sus vidas. Los comentarios no se hacen esperar y un joven grita “pirobo clasista” mientras el guardia de seguridad lo retira del lugar pues al parecer no cumplió con las impredecibles y misteriosas características del establecimiento para ingresar. En ocasiones piden una tarjeta de socio que nadie tiene porque no es necesario adquirirla, pero es la manera más formal y reservándose su derecho de admisión en el que se le puede impedir a una persona la entrada.

Pasé el primer filtro, la multitud avanza hacia la taquilla con cuarenta mil pesos en mano para pagar la entrada o cover, como lo llaman en las discotecas y recibir a cambio una ficha. Desde este lugar es posible escuchar la música que proviene de unas puertas rosadas con un vidrio circular. Entrego rápidamente el dinero y me ubico en algo que parece una capsula espacial en la cual te entregan un vaso que cambia de color cada fin de semana, este es usado para que durante la noche hasta las 2:00 am tengas acceso a licor ilimitado o a barra libre.

Me requisan una, dos y tres veces antes de entrar, estaba ansioso y tenía un poco de afán. Cuando entrego la ficha me hacen la aclaración de que mi estadía en el lugar depende de mí comportamiento, palabras que hicieron eco en mi corazón porque, aunque estuviese sobrio ya sentía que empezaba a actuar diferente producto de la emoción que me hacía sentir ese curioso bar. Camino hacia la entrada por fin del lugar se puede ver que la gente decide guardar chaquetas y bolsos mientras que otros como yo del afán nos encartaremos toda la noche con una prenda o más. Me encuentro con David jefe de logística del club y empezamos el recorrido…

Theatron cuenta con 13 ambientes distintos, El primer ambiente se encuentra al cruzar las puertas rosadas llamado Theatron, en medio se puede observar la bola discotequera más grande que alguien haya visto, tiene un sin número de cuadros de espejos. Se dice que en la década de los 70’ fue el famoso cine Metro Rivera y a finales de la década de los 90’, fue una sede del emporio religioso de oración fuerte al Espíritu Santo. Y Mi vaso también inicia su recorrido, a mi alrededor cientos de personas bailando, es un lugar increíblemente grande, hay palcos por todos lados como si algo importante fuese a ocurrir esta noche ya que ha sido escenario

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