Jabon Roma: La Corona
Enviado por pame_hdez • 14 de Noviembre de 2013 • 1.200 Palabras (5 Páginas) • 1.311 Visitas
La Corona: es una empresa mexicana que ofrece productos de consumo de la más alta calidad a precios justos. En La Corona no se hace publicidad, ya que se considera más efectivo, la opinión y experiencia de los mismos consumidores que recomiendan sus productos. Están integrados por mas de tres mil personas. Sus jabones de tocador y lavandería, detergentes, aceites comestibles, crema dental, suavizante de telas y limpiadores líquidos están elaborados en modernas plantas, empleando los mejores recursos materiales y tecnológicos.
Fábrica de Jabón La Corona inició sus actividades en 1920 con un equipo rudimentario en un local rentado. Logrando superar las limitaciones económicas y de equipo, con un trabajo entusiasta que poco a poco impulsó el desarrollo de esta. Periódicamente se fueron adquiriendo nuevos espacios hasta llegar a la superficie de 370, 000 metros cuadrados.
El detergente ROMA es una combinación de granitos blancos y azules, donde predomina el color blanco, es un poco más duro que los demás detergentes y su olor no es más que el de un jabón, sin fragancia floral, lavanda o de ningún tipo.
Roma es un detergente que desde el empaque nos habla mucho de su mercado meta, ya que no es un empaque muy elaborado y además no maneja precios elevados. El mercado final de Roma son las personas que no tendrían para pagar por un detergente como Ace por ejemplo; es decir, aquellas personas de los niveles D+, D y E.
Hay una empresa mexicana que no saldrá en la historia de campañas publicitarias. No porque sea demasiado chiquita; al contrario, lidera el segmento de jabones para lavandería, con 48% del mercado mexicano; no porque sus estrategias de mercadotecnia sean aburridas; al contrario, varias universidades envían a sus alumnos ahí para investigar qué está haciendo.
Fábrica de Jabón La Corona, de la Ciudad de México, simplemente no hace publicidad, o casi. Y lo peor –desde la lógica de los medios, que viven, en buena medida, de los ingresos por publicidad– es que le funciona.
“La publicidad es efímera”, dice Jorge Rueda, director de ventas de La Corona, una empresa fundada en 1920 en la Ciudad de México, que fabrica las marcas Zote, Foca, La Corona, y el aceite 1-2-3. “Haces algo, y cuando lo dejas de hacer se pierde”, afirma. Y las ventas de La Corona no van mal. Facturó alrededor de 800 millones de dólares en 2006. Esta compañía, con 3,900 empleados, elevó sus ventas 5% anual en los últimos 10 años.
Malas noticias para las firmas que se han vuelto adictas al despliegue publicitario. Y peor aún para los medios y la rimbombante imaginación de las agencias de publicidad. Pero ¿es real?, ¿será posible que no requiera publicidad?
“Nosotros acabamos de hacer algo de publicidad con un producto nuevo”, comenta Rueda. “Lanzamos una campaña en televisión, en todas las revistas, por cuatro o cinco meses, y el resultado fue ligeramente mejor que si lo hubiéramos lanzado sin publicidad; realmente me decepcionó el resultado”.
Esta campaña fue para el jabón Tersso, probablemente menos conocido que otro de los producidos por La Corona, como el Rosa Venus. La publicidad para este producto era un experimento. Además pensaron que, por tratarse de un desinfectante, necesitaría algo más de explicación.
La razón por la cual La Corona no hace publicidad tiene su raíz en el control de precios que hubo en los años 60 y 70. En aquella época, la empresa cabildeaba precios más altos y habría sido difícil argumentar a las autoridades que el gasto en publicidad era necesario. Desde entonces, dejó de anunciarse y florece con exportaciones a Estados
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