Jesús Como Modelo De Liderazgo

JESÚS COMO MODELO DE LIDERAZGO

Ahora consideraremos, al más grande líder que la historia de la humanidad pudo conocer de cerca, y que nosotros por las Sagradas Escrituras podemos llegar a conocer de trascendente que fue su liderazgo; qué privilegio tuvieron aquellos con los que compartió días, meses, muchas veces caminando por la playa, otras navegando el mar, otras participando de unas bodas, también otras contándoles en parábolas lo que el Reino de Dios significaba.

Cuando nos referimos a Jesús, estamos hablando de Aquel personaje que con sus hechos, palabras, actitudes, siempre mostró y enseñó el verdadero liderazgo.

“La ley de la navegación”, él la conocía. Y al decidir venir a este mundo, planificó con sumo cuidado todo.

Primero: quién prepararía el camino: “Voz de uno que grita en el desierto, preparen el camino para el Señor, háganle sendas derechas”.

Segundo: Dios a quién utilizaría para ser la persona que encarne al Hijo de Dios: “El ángel se acercó a ella y le dijo: ¡Te saludo, tú que has recibido el favor de Dios! El Señor está contigo, quedarás en cinta y darás a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús”.

Tercero: tenía que ser bautizado.

Cuarto: ayunó cuarenta días y cuarenta noches, preparándose para su ministerio, y para resistir la tentación.

Entonces podemos afirmar por todo lo expuesto y por mucho más que está registrado en las Sagradas Escrituras y que en este ensayo no pudiera considerar por lo extenso de la revelación. Que el Señor Jesús, es un verdadero líder que planeó su ruta.

También es un líder que añade valor con su disposición a servir, realmente todo su ministerio fue un servicio a la humanidad. Vino a este mundo porque quiso servir a la humanidad caída, lo quiso salvar y lo logró, cuando asistió como invitado a una fiesta de bodas y faltó el vino: “Jesús les dijo, llenad de agua las tinajas” él convirtió el agua en vino, y así todos los invitados pudieron disfrutar del milagro de Dios.

También podemos comentar, en una ocasión una multitud le seguía a Jesús al desierto, y llegaron a tener hambre, entonces el Señor realizó un milagro de multiplicar los cinco panes y dos peces que tenía un muchacho, pudo con ese milagro alimentar a cinco mil personas. “Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían.”

Luego en ocasión de la última cena, no solo compartió el pan y el vino a sus discípulos, sino también los lavó los pies a todos como un verdadero siervo. “se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido”.

Dicho todo esto,

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