Jesús

Sucede en el Reino de los Cielos lo mismo que pasó con un hombre que, al partir a tierras lejanas, reunió a sus amigos y les confío sus pertenencias.

Al primero le dio cinco talentos (el de la juventud, el de la música, el de la alegría, el de la cordialidad y el don de organizar)

Al segundo le dio dos talentos (el de la sabiduría y el del consejo). Y al tercero de dio solamente el don del servicio.

Luego de confiarle sus bienes se marchó.

El joven que había recibido cinco talentos, luego de reconocerlos como lo que son realmente, como regalos; se puso las pilas para hacer fructificar los bienes que su amigo le había confiado.

Juntó a unos amigos y formó un grupo de música que se dedicaría a alegrar el corazón de tantos jóvenes como ellos que vivían sumergidos en la tristeza y en la desesperación.

El segundo amigo hizo lo mismo que el primero. Cargo las pilas y se puso a profundizar en el estudio de la verdad y muchas veces dedicaba su tiempo para escuchar y tratar de solucionar los problemas de quienes necesitan un oído disponible.

El tercero, en cambio, cuidó celosamente el don que había recibido. Tuvo vergüenza de ofrecerlo a los demás, pensó que era faltar contra la humildad; sin embargo lo utilizo para hacer daño a los demás causando tristeza y muerte. Le resultaba más fácil guardarlo, no tenía que renegar, ni que trabajar. Podemos decir que se lo guardo para sí mismo, lo enterró en su mundito y en su pensamiento.

Después de mucho tiempo de ausencia el dueño de los bienes volvió y llamó a sus amigos para que le rindieran cuenta de los regalos que él les había confiado.

El que había recibido cinco talentos dijo: “Amigo me has confiado cinco dones, yo te entrego ahora miles y miles de jóvenes que por nuestra música han encontrado la alegría de vivir”.

El señor le contestó “Felicitaciones fiel amigo, porque has sido fiel en lo poco, yo te confiaré mucho más. Ven a compartir eternamente la alegría de tu Señor.”

Luego vino el que había recibido dos talentos y dijo “Amigo me has confiado dos regalos; ahora yo te entrego la satisfacción de que la verdad ha sido conocida en profundidad y muchos que estaban en el error, la han hallado”

El señor le contestó “Felicitaciones fiel amigo, porque has sido fiel en lo poco, yo te confiaré mucho más. Ven a compartir eternamente la alegría de tu Señor.”

Por último vino el amigo al que le había confiado un talento y dijo: “Amigo me has confiado un solo regalo, yo sé que eres un hombre exigente: que quieres cosechar donde no has sembrado y recoger donde no has trillado. Por eso tuve miedo y guardé celosamente tu regalo. Lo enterré en mi propio mundo. Aquí lo tienes, es tuyo.”

Pero el Señor le contestó: “Amigo: tú eres un infiel, no mereces ser llamado amigo. Sabes que cosecho donde no he sembrado y que recojo donde

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