LA CIUDAD COMO OBRA DE ARTE

LA CIUDAD COMO OBRA DE ARTE

La ciudad es la más magnífica construcción colectiva; por lo cual es el origen del proceso civilizador, el espacio cívico que se construye con la historia y que permite cobrar conciencia de nuestro ser histórico. Compuesta de elementos diversos como edificaciones, vías, etc.; y que es vista como la expresión de la vida y de la energía colectiva.

Que puede poseer la característica de poder ser intenso, fragmentario o caótico; resultado de aceptar de que se construye por partes, en diferentes momentos y por diferentes actores (entre profesionales y no profesionales).

Y como Antón García Abril expresa: “Es la ciudad la expresión más directa y cruel de la realidad en un instante de tiempo y por ello también el destino del esfuerzo, del conocimiento, la cultura y el arte, y desgraciadamente también de la ira, la vergüenza, la venganza y otras expresiones del hombre”.

Es apreciable que vivimos la evolución y crecimiento de la ciudad de Huancayo, que trae consigo un inventario complejo de necesidades ligadas a la construcción de toda metrópoli.

A pesar de lo alentador que es saber que nos encontramos en este proceso, la realidad es contradictoria; vivimos en una ciudad donde tenemos que soportar lugares de pesadumbre ambiental, en ausencia de un arquitectura mediadora que se enfrente a procesos inmobiliarios que lo único que demuestran es que vivimos en una ciudad donde tiene primacía la mercantilización del espacio urbano y no del beneficio colectivo.

Lo cual provoca en la población que: “El paisaje urbano resultante, es poco aprobado, pero tampoco parece interesar mucho, ya que se siguen cometiendo los mismos errores”.

Es preocupante el ver que la idea de ciudad se pierde; pero sobre todo que la participación de arquitectos en este proceso no es apreciable, casi inexistente, lo que me lleva a la interrogante de: ¿Qué es lo primordial para los arquitectos en Huancayo, la ciudad o la Arquitectura aislada?; pero mientras se contesta esa interrogante, en la realidad solo es apreciable caprichos políticos y banales de las gestiones ediles; en su caprichoso objetivo de invadir la ciudad con “ilustraciones espectaculares” que son insertadas en el espacio urbano, sin tener en consideración el impacto que generaran.

Bruno Zevi manifestó: “Todo edificio colabora con la creación de dos espacios: Los espacios internos, definidos por cada obra arquitectónica, y los espacios externos o urbanísticos, que están limitados por cada una de ellas y sus contiguos.”

Pero como lograr esto si solo se busca la creación de edificios “imagen”, que no toman en consideración que la ciudad es la suma de acontecimientos de muy variadas procedencias, que no necesita la implantación de singularidades que evitan lo deseado que es lograr LA UNIDAD.

Por lo que se ha de evitar generar edificios deslumbrantes e individualistas,

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