LA EUROPA DEL SIGLO XIII

LA EUROPA DEL SIGLO XIII

El siglo XIII, es considerado como una época dinámica, conocido como el autentico despertar económico para Europa, durante el cual floreció la industria y el comercio a nivel local, regional e internacional; continuó el crecimiento demográfico y se generalizaron los asentamientos urbanos.

Rápidamente la población urbana excedía la rural, se habla del incremento del precio de productos agrícolas, frente a productos no agrícolas, aumento en la renta, mientras los salarios monetarios permanecieron estables y la probabilidad de que los salarios reales descendieran.

Se generó una expansión comercial tanto internamente como internacionalmente; donde se vincularon pronto ciudades de interior por intercambio. Comercializaron sobre todo con mercancías de gran volumen; una parte importante de las exportaciones era la madera que se utilizaba, en la fabricación de barcos y en las actividades relacionadas con construcción; lo cual permite pensar que la actividad comercial general floreció, y se impuso la especialización a una escala desconocida llevando a Europa occidental a configurarse como una economía de mercado primordialmente agrícola.

Se aportó intensamente mano de obra en respuesta a una demanda creciente que implicó la elevación de los precios para bienes agrícolas y la necesidad de obtener mayores cosechas; el crecimiento demográfico dio un descenso en el nivel de vida y contribuyó al nivel expansivo del comercio, por lo cual implementaron nuevas técnicas de producción, incrementado el nivel de productividad del sector industrial que generó mayores ingresos y a su vez elevó los niveles de bienestar; la necesidad de alimentar un número de personas cada vez mayor , hizo completamente inoperante las mejoras de productividad, si bien sirvió para mitigar el hambre en ciertas zonas, se vio impotente a la hora de evitar desastres más generalizados.

Las ciudades italianas contaban con mercados amplios por lo tanto se llevó a cabo un acuerdo institucional el cual promovía la asociación voluntaria entre un suministrador de capitales y un socio; otro acuerdo institucional que se desarrollo en este periodo, lo constituyeron los bancos de depósitos y los seguros.

El número y el tamaño de las ferias regionales se incrementó, constituyendo un primitivo mercado organizado, donde los vendedores reunidos en un lugar durante un tiempo específico podrían atraer compradores; desarrollando un papel importante en el comercio entre el sur y el norte de Europa; al tiempo el centro de mercado internacional de capitales ofrecía un núcleo financiero y mecanismos para efectuar pagos, implementado un prototipo de letra de cambio para remplazar el dinero metálico.

Durante el último cuarto de siglo se realizó la apertura de una nueva ruta marítima desde Italia hasta los países bajos con cual se redujeron costos y se aportó información sobre el mercado, destacándola como una economía de escala.

Con el rápido crecimiento de Europa y la apertura de rutas fáciles; se crearon mercados urbanos como “brujas” los cuales eran utilizados por la ferias facilitando el mercado internacional; este nuevo mercado implicó acuerdos tales como el derecho de propiedad y el derecho mercantil; la fundación de nuevas ferias y ciudades fueron fomentadas por la corona y por lo nobles que vendían los derechos legales; el activo comerciante medieval comenzó a descubrir que podía obtener bienes de mejor calidad ya que era un mercado más amplio; también se generó el nacimiento de la industria textil inglesa; con el fin de los monopolios locales, la producción textil inglesa tuvo que dirigirse hacia zonas rurales en donde no existía un regulación previa.

Durante el siglo XIII el mercado dominaba los modelos de producción, la manufactura continuaba teniendo un elevado costo de

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