LA EVOLUCION DE LA DIETA

LA EVOLUCION DE LA DIETA

Por Ann Gibbons

Es la hora de cenar en el Amazonas, en las tierras bajas de Bolivia, y Ana Cuata Maito mezcla una papilla de plátanos y yuca dulce sobre una fogata que arde en el piso de tierra de su choza de techo de paja. Mientras, escucha a su esposo que regresa del bosque con su perro de caza escuálido. Nate se fue antes del amanecer de este día de enero. Escudriñó el dosel del bosque en busca de monos capuchinos pardos y coatís, su perro olfateaba el suelo en busca del olor de los pecaríes o de los capibaras de color marrón rojizo. Si tenía suerte, Nate vería uno de los paquetes de carne más grande del bosque: tapires amazónicos.

Esta noche sin embargo, Nate sale del bosque sin carne. Con 39 años es un tipo vigoroso que no parece dejarse vencer fácilmente. Cuando finalmente se sienta a comer su papilla, se queja de que es difícil conseguir suficiente carne para su familia: 2 esposas (algo bastante común en su tribu) y 12 hijos.

La historia es similar a la de cada una de las familias que visité en Anachere, una comunidad de unos 90 miembros de la antigua tribu indígena tsimane. Más de 15000 tsimanes viven en aproximadamente un centenar de aldeas a lo largo de dos ríos de la cuenca amazónica cerca de San Borja, la principal ciudad comercial, a 360 kilómetros de La Paz. Pero Anachere está a dos días de viaje de San Borja, así que los tsimanes que viven allí obtienen la mayor parte de sus alimentos del bosque, el rio y sus jardines.

Viajo con Asher Rosinger,un candidato a doctor que forma parte del equipo, codirigido por el antropólogo-biólogo William Leonard, de la Universidad de Northwestern ,que estudiaa los tsimanes para documentar en qué consiste una dieta de la selva tropical. Se interesan en particular en cómo cambia la salud de los indígenas cuando se alejan de su dieta tradicional y su estilo de vida activo.

Lo que los antropólogos están aprendiendo acerca de las dietas de pueblos indígenas como los tsimanes podría indicar lo que debemos comer el resto de nosotros.

Al mirar hacia el año 2050, cuando tendremos que alimentar a 2 000 millones de personas más, la pregunta acerca de qué dieta es la mejor adquiere una nueva urgencia. Los alimentos que elijamos comer en las décadas venideras tendrán ramificaciones dramáticas para el planeta.

No fue si no hasta que la agricultura se desarrolló que todos los humanos obtenían sus alimentos de la caza, la recolección y la pesca. Cuando surgió la agricultura los cazadores-recolectores nómadas fueron expulsados gradualmente de las tierras agrícolas de primera y, a la larga, se quedaron relegados. Hoy solo quedan unas cuantas tribus dispersas de cazadores-recolectores. Esta es la razón por la que los científicos aumentaron sus esfuerzos para aprender lo que puedan acerca de una dieta y un estilo de vida antiguos antes de que desaparezcan. Han encontrado que estos pueblos tradicionalmente no desarrollan hipertensión, arteriosclerosis ni enfermedades cardiovasculares.

La noción de que estamos atrapados en cuerpos de la Edad de Piedra en un mundo de comida rápida esta impulsando la moda actual a las dietas paleolíticas. Una dieta de la Edad de Piedra “es una dieta que idealmente corresponde a nuestra estructura genética” , escribe Lorean Cordain nutricionista evolutivo de la Universidad de Colorado, en su libro La dieta paleolítica: pierda peso y gane salud con la dieta ancestral que la naturaleza diseño para usted. Cordain llego a su propia prescripción paleolítica: coma mucha carne y pescado magros, pero no consuma productos lácteos, frijoles o granos de cereal; alimentos introducidos en nuestra dieta después de la invención de la cocción y la agricultura. Los defensores de la dieta paleolítica dicen que si nos apegamos a los alimentos que comían antiguamente

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