LA HORA DE PLÁSTICA, UN ESPACIO PARA LA APROPIACIÓN CULTURAL

INTRODUCCIÓN

Este ensayo es elaborado con la finalidad de que las artes, como cualquier otra asignatura, sean incorporadas al programa educativo.

Se basa en la lectura que escribe la autora Mariana Spravkin, en la que ella nos hace reflexionar sobre como las artes se toman, en ocasiones como ciertos rituales, como pueden ser los actos cívicos, las efemérides, no como parte de nuestra sociedad y nuestra cultura, es decir, terminan por ser tomadas como “actividades escolares”.

Esta forma de tomar a las artes no hace más que limitarnos el lenguaje que estas nos pueden ofrecer; y además nos hacen tomarlas como un simple trabajo escolar.

DESARROLLO

Lo escolar en relación con las artes supone siempre una serie de programas que permitan su enseñanza, tomando en cuenta que se quiere enseñar, quienes lo van a aprender y el contexto en el que se ha de enseñar y aprender; esto es lo que en educación se llama “transposición didáctica”. Este concepto se refiere a que hay una gran distancia entre el conocimiento que se tiene sobre las artes y el conocimiento que desea ser enseñado; y este surge a causa de que las artes son concebidas como “algo cultural” y no como parte de nosotros.

De hecho, Jerome Bruner afirma que casi todos los aprendizajes en casi todos los marcos de la sociedad son una actividad comunal, es decir, un compartir cultura.

Entonces, se trata de que el niño se apropie del conocimiento en una comunidad formada por personas que comparten un sentido por la cultura, ya que ellos participan en ella, la reciben y la consumen, la aceptan, la critican o la rechazan, la ignoran, la disfrutan o padecen; lo hacen con o sin intervención de la escuela.

CONCLUSIÓN

Es de suma importancia integrar las artes en la educación, porque estas son parte de nuestra cultura y nos ayudan a expresarnos; se trata de que las artes sean una realidad amplia para todos, que todo lo que los alumnos ven como “trabajo escolar” pueda ser por ellos entendido e interpretado como “contenido propio de las artes plásticas” y que estas a su vez las entiendan como “producto de una sociedad”.

Se trata de poner la cultura y las artes al alcance de todos, que cuando les propongamos a los niños dibujar, pintar, moldear o trazar, no solo se vean obligados a realizar es te trabajo escolar, sino que sean capaces de interpretar este lenguaje que las artes nos dan, que sea capaz de significarlas.

Para que todo esto sea posible es muy importante que la escuela se convierta en un mural visual, que nos llene de esa alegría, de ese amor por lo pintoresco, por lo cultural, que deje de ser ese lugar serio, para convertirse en ese medio valioso para el enriquecimiento de las artes.

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