LA INICIACIÓN SEGÚN EL NUEVO TESTAMENTO
Enviado por Alex Adilzon Arevalo Malca • 26 de Junio de 2019 • Resumen • 1.008 Palabras (5 Páginas) • 114 Visitas
LA INICIACIÓN SEGÚN EL NUEVO
TESTAMENTO
ZUR INITIATION IM NEUEN TESTAMENT, LITURGISCHES JAHRBUCH, 21 (1971) 90-107
Los escritos neotestamentarios lo testimonian múltiples veces y lo interpretan teológicamente de los modos más diversos. Es discutible que en los primeros tiempos apostólicos existiera la imposición de las manos tras el bautismo y como complemento de éste.
Las comunidades cristianas más primitivas bautizaron desde el principio. No ha habido una Iglesia sin bautismo. Pablo fue bautizado pocos años después de la muerte de Jesús, el mimo apóstol Pablo habla de bautismo en sus cartas. La incontestable praxis del bautismo en las comunidades más primitivas plantea la cuestión de su origen. Hoy día ya no se puede acudir a orígenes helenísticos o judíos. Y, además, la antigüedad del bautismo sigue siendo muy discutida.
El bautismo de Juan es caracterizado como "bautismo de conversión para perdón de los pecados" en una tradición muy antigua, procedente de discípulos de Juan y todavía no desfigurada por la polémica entre éstos y los cristianos. El bautismo de Juan hay que concebirlo como la creación original de una conciencia profético-escatológica. El bautismo de Juan no es un rito de iniciación, pues Juan no pretende la reunión de una comunidad exclusivista en Israel (como los de Qumrán), sino la purificación de todo el pueblo prometida por los profetas para los últimos tiempos.
Jesús recibió el bautismo de Juan en el Jordán y fue al principio su discípulo, igual que muchos de sus discípulos propios. Jesús bautizaba también junto a Juan después de comenzar su propia actividad. No obstante, Jesús atribuiría a este bautismo sólo un carácter de preparación a su mensaje; por eso, lo abandonaría pronto. Jesús concibió de otro modo su misión. Perdonaba los pecados sin mediación de ningún rito, por su palabra y sus hechos, creando comunidad y rompiendo todo sectarismo y todo tabú. La conversión que predica es más radical porque su medida no está en la ley ni en el culto del templo, sino que es la "conversión" del mismo Dios.
Los discípulos del Bautista institucionalizaron su bautismo y lo hicieron rito de iniciación en su comunidad, que pronto cayó en el sectarismo. El que muchos cristianos procedieran del círculo del Bautista no es razón suficiente para la aceptación de su bautismo por los primitivos cristianos; como tampoco lo es el que Jesús hubiese sido bautizado por Juan.
A pesar de la oscuridad que se cierne sobre los inicios del bautismo cristiano, es exagerado afirmar como hace Marxsen- que fue una casualidad histórica el que la comunidad primitiva recogiese este uso; y que hubiera sido igualmente posible que no hubiese bautizado o que hubiera asumido cualquier otro uso de su entorno para la misma función.
La aceptación del bautismo de Juan por los cristianos implica desde los comienzos continuidad y rompimiento. Para distinguir los dos bautismos se pronunciaba sobre el neófito el nombre de Jesús, al mismo tiempo que se presuponía en él la fe en Jesús. Desde el punto de vista ritual, bautizar en el nombre del Señor significa que durante el rito sea invocado el nombre de Jesús.
La aceptación del kerigma era el presupuesto indiscutible del bautismo cristiano. Este presupuesto se hace patente en el hecho de que la confesión de fe pertenece al bautismo. El neófito, al confesar a Jesús como el Señor, expresa su fe, la misma fe cuya expresión es también el bautismo en el nombre del Señor Jesús.
...