LA LECTURA JURIDICA

LA LECTURA JURÍDICA: una forma especializada de lectura de comprensión, cuya finalidad es la resolución de un problema jurídico. Es así como para los estudiosos del derecho y un abogado debe poseer una refinada capacidad de lectura y debe ser de mayor interés, para entender a los denominados textos jurídicos.  

Textos Jurídicos: son aquellos utilizados en el ámbito del poder judicial, poseen un orden lógico, lenguaje formal y repetición de términos. Existen textos legales normativos, que son utilizados para promulgar leyes y decretos, sentencia judiciales que son dictadas por los tribunales, escritos profesionales del derecho son los contractos o escritos notariales y por últimos los escritos de solicitud que surgen de las instancias.

Tipología de textos jurídicos:

1. Textos de Naturaleza Doctrinal: son opiniones calificadas, generalmente, de juristas que exponen, en forma sistemática, de algún tópico jurídico; en pocas palabras, es dogmática jurídica. Son fuentes de información inmediata y fácilmente disponibles, facilitan la compresión de otras herramientas (leyes, jurisprudencia, contratos, etc.) incluye el manual, tratados, monografías, comentarios jurídicos, obras de referencia, diccionarios y formularios jurídicos.
2. Textos no Doctrinales: éste grupo difiere completamente el anterior, comenzando por el autor, contenido y valor del texto. Son colecciones u órganos encargados de la publicación de los diversos documentos con valor oficial (sentencias, reglamentos). Ésta categoría incluye, las gacetas oficiales, boletines y memorias oficiales, directiva y decisiones, recomendaciones y dictámenes, y repertorios jurisprudenciales.

Importancia de los textos jurídicos: nos permite conocer y en cierto modo usar los contenidos que sustentan el derecho, para manejar en la práctica profesional, léxicos y teorías. Ayuda a mejorar el lenguaje y la estructura del razonamiento jurídico. Nos sirve de potencializador del lenguaje y de la estructura del razonamiento jurídico. La lectura de textos jurídicos, como se creía anteriormente no riñe con la estética y enaltece la vida del contenido del Derecho. Un abogado con una amplia cultura general y lector del texto jurídico actualizado, ejercería la profesión de una manera más científica, con mayores perspectivas y menos empíricas. La lectura no solo proporciona información sino que forma creando hábitos de reflexión, análisis, concentración, elementos importantes a la hora del ejercicio profesional del derecho. Una persona con hábitos de lectura posee una autonomía cognitiva para comparar, argumentar, lo que le permite desarrollar la creatividad manifestada en la fluidez, la flexibilidad y la sensibilidad que debe tener el abogado al momento de la defensa o acusación de un caso determinado.

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