LAS PRÁCTICAS DE CRIANZA EN TZAJALNAM, ZINACANTÁN
Enviado por glorianeli • 23 de Marzo de 2016 • Tutorial • 3.353 Palabras (14 Páginas) • 323 Visitas
(RESEÑA; marzo de 2016)
LAS PRÁCTICAS DE CRIANZA EN TZAJALNAM, ZINACANTÁN
Sánchez Gutiérrez, Gloria Neli (2014), tesis de maestría en educación y diversidad cultural,
Universidad Pedagógica Nacional, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.
Esta tesis recapitula sobre las prácticas de crianza llevadas a cabo por las familias tsotsiles de la localidad de Tzajalnam del municipio de Zinacantán, Chiapas. Las cuales incluyen las interacciones entre padre-hijo-madre. La autora proporciona ejemplos claros de las prácticas de crianza a través de cinco categorías de análisis (embarazo y gestación, alumbramiento y posparto, cuidado del recién nacido, lactancia y alimentación, relaciones dentro y fuera de la familia). Según la autora, las prácticas siempre van ligadas con las creencias culturales que esgrimen en las vida diaria los integrantes de las familias de Tzajalnam.
Embarazo y gestación
La autora argumenta, entre los zinacantecos la planificación familiar generalmente es determinada por la pareja. Esto no quiere decir, que no existan embarazos no deseados o antes de conformarse como pareja. Después de que se consuma el embarazo, la responsabilidad de llevarlo a buen término (periodo de gestación y nacimiento) recae en la mujer. Mientras que el hombre entra plenamente en escena después del nacimiento. Sin embargo, las características futuras del niño son consideradas como atributo de ambas partes.
Por otra parte, para conocer el sexo del niño o niña los padres esperan hasta el nacimiento. No obstante, existen posibilidades de conocerlo, consultando a una partera de la localidad, aun cuando este saber se les atribuye más a los médicos familiares o ginecólogos.
Generalmente, las nuevas parejas tienen sus hijos inmediatamente después de casarse, ya que no se considera una familia bien formada hasta que no llega el primer hijo. En los casos de las parejas con muchos hijos, puede darse un control de la natalidad preventivo, a través de la ingestión de hierbas conocidas por las parteras empíricas de la localidad.
En este sentido, la señora María Guadalupe Pérez, originaria de Tzajalnam y madre de un niño de dos años de edad nos comentó:
“Cuando me junte con mi marido comenzamos a vivir en la casa de mis suegros, por lo que pensamos que no era bueno tener un hijo rápido, porque no teníamos una casita propia donde vivir. Por lo que decidimos trabajar primero, juntar dinero para construir un cuartito y luego tener a mi primer hijo. En cambio, mis suegros querían que me embarazara rápido porque ya querían ver a su nieto, además porque esa es era la costumbre según la familia de mi marido” (entrevista a María Guadalupe Pérez, Tzajalnam)
Por otro lado, mencionó que para no quedar embarazada fue necesario acudir con la partera de la localidad.
“Mi suegra me acompaño con la partera para que me revisara y me diera un remedio para no quedar embarazada muy rápido. Doña Mary como ha sido la partera de la familia me dio un remedio hecho con hiervas aunque son muy amargas, no provocan daños para un futuro embarazo. Como a los siete meses de vivir juntos con mi marido quede embarazada. Mi vida no cambio seguí yendo al campo, a buscar mi leña, también acarrear mi agua y todo lo que se tiene que hacer en la casa para atender al marido” (entrevista a María Guadalupe Pérez, Tzajalnam)
Alumbramiento y postparto.
La autora comenta, las mujeres acuden con las parteras de la localidad, por lo que daré cuenta de los comentarios de la señora María Pérez, madre de cinco hijos y partera de la localidad de Tzajalnam. La cual nos indicó que para calcular la culminación del embarazo, se comienza a contar desde la interrupción de la menstruación, además de medir el grosor de la barriga o panza de la madre y de estar al tanto de los movimientos del niño, sobre todo cuando el niño se da la vuelta. Esto indica el momento en que se realizará el parto, y se comienza a realizar los preparativos por la madre y los familiares del niño. Por lo que la mujer ya no puede salir a la parcela ni a traer agua o leña, esta se queda en la casa a esperar el nacimiento del niño o niña.
Del mismo modo, la señora Lorenza Pérez, madre cinco hijos, nos comenta:
“Cuando nació mi primer hijo, no trate de llamar mucho la atención de otras personas, ya que para nosotros el parto es considerado una parte muy especial, sólo yo y mi familia directa pueden ser los primeros en ver al niño.” “Con mi último hijo el Juanito la cosa fue diferente ya toda mi familia estuvo pendiente de su nacimiento” (entrevista a Lorenza Pérez, Tzajalnam)
Los jóvenes y niños no pueden presenciar el parto. Solo pueden asistir una o dos personas, usualmente parteras, pero la parturienta nunca debe estar sola. La placenta resultado del parto, no se tira, se entierra en un lugar junto a la casa para evitar que el espíritu del niño se enoje y se aleje.
De acuerdo con la señora Rosario de María Pérez, madre de un niño y habitante de la localidad de Tzajalnam, comentó que:
“La mamá no sólo comparte las creencias de su familia, sino que ésta suma las creencias del esposo que puede tener particularidades que permearan en la vida de la familia y del niño, además de las creencias de la familia paterna que en muchas ocasiones son las que se reproducen en la vida de la pareja de los recién casados” (entrevista a Rosa María Pérez, Tzajalnam)
Por otro lado, la señora Rosario de María Pérez, argumentó lo siguiente:
“Inmediatamente después de recibir de las manos de la partera al niño o niña, la mamá realiza una de las prácticas de crianza consideradas como de las más importante, es decir ofrece calor, amor y cariño al niño. Para que sienta que todos lo queremos” (entrevista a Rosa María Pérez, Tzajalnam)
Cuidado del recién nacido (los primeros meses de vida)
Sobre este apartado la autora descubre que los padres y madres de familia de Tzajalnam para el cuidado del recién nacido sobre todo para los primeros meses de vida incluyen un extenso conjunto de prácticas, muchas de ellas promovidas y reguladas por las autoridades con el objetivo de conservar la salud.
En el caso de los recién nacidos le dan mayor importancia a los hábitos alimenticios, no así los que tienen que ver con la limpieza y aseo del niño. Esto comienza a practicarse con mayor frecuencia después de los 40 días de nacido, porque se tiene como creencia que bañar al niño todos los días puede espantarse y enfermarse. Aunque no es una práctica realizada por todos. Por ejemplo en el caso de la señora Juana Pérez madre de 2 hijos, hombre y mujer, mencionó que hicieron la ceremonia de limpieza:
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