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LIT. INFANTIL


Enviado por   •  1 de Julio de 2013  •  7.633 Palabras (31 Páginas)  •  369 Visitas

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Reflexiones sobre la literatura para niños y jóvenes

(LIDIA BLANCO)

La lectura debe ser una de las formas de la felicidad. La literatura es un reflejo de la vida, la vida misma fotografiada caprichosamente. También es un pacto, un acuerdo ficcional entre los hombres y un juego maravilloso en el que unos cuentan y otros creen y sienten aquello que les dice un escritor.

El autor crea un circuito de comunicación imaginario en el que no son necesarias las leyes del mundo real.

Cada momento histórico tiene una literatura que lo representa, tendencias, estilos que se ponen de moda en forma arbitraria. Las modas literarias presentan diversas ideas sobre cómo debe ser un cuento, una novela, una obra de teatro.

En el espacio más secreto de cada ser humano existe una idea acerca del valor de un libro de literatura porque la identificación con mundos imaginarios forma parte de la condición humana.

La literatura es un espacio en el que el lenguaje usa su mejor ropaje para deslumbrar a un lector, y que su perduración en tiempos de grandes revoluciones tecnológicas, expresa la necesidad de defender lo más íntimo, el vuelo más alto del pensamiento fantástico. La literatura, cuando es genuina, humaniza y transforma, como un soplo de aire fresco en una mañana de neblina.

Si el aprendizaje es feliz no dejarán nunca de leer. Si en cambio se han cometido errores en la manera de introducirlos en la educación literaria, el fracaso será grave, y el abandono de la lectura será el lastimoso resultado de ese error.

Podemos considerar como literatura infantil y juvenil aquella en la que puedan observarse rasgos lingüísticos y temáticos cercanos al universo infantil y adolescente.

La literatura es para todos pobres y ricos.

Surgieron también formas narrativas hacia lo educativo y con la intención de transmitir una visión del mundo, de la religión, del comportamiento social, de valores humanos considerados indispensables para la supervivencia de una comunidad. En una palabra: enseñar la diferencia entre lo bueno y lo malo, de acuerdo con lo que se considerara como tal en cada grupo social.

Las antiguas fábulas y leyendas se vinculan con los mitos, las supersticiones, las ceremonias de vínculos con lo sobrenatural y lo mágico. Así nacieron también los cuentos de hadas, brujas, duendes, ogros que se transmitieron oralmente por siglos. Se transmitieron de boca en boca y perduran con versiones cambiadas hasta nuestros días.

La literatura infantil anónima tiene recopiladores. Las otras nacidas de un autor determinado, tiene autores, obras editadas, historias que la relacionan con procesos de integración social y cultural de la infancia a la sociedad adulta. Las dos formas son legítimas y perteneces al mismo campo cultural con el mismo destinatario. La diferencia reside en la intencionalidad de los emisores, la modalidad de los receptores y las características del contexto en el circuito autor-lector-obra.

Graciela Montes, aclara que existen defensores de la verdad o del contenido bueno. Según ellos los cuentos son para enseñar, deben dejar una lección, dar buenos ejemplos, no deben ser malsanos, ni tortuosos ni contener yerbas malas. Pero por otro lado están los defensores del artificio. Según ellos los cuentos son para entretener, tienen que ser divertidos, ágiles, maravillosos, escalofriantes, chisporreantes.

Si una escritura solo trata de explicar un concepto de una manera racional, se trata de un texto, pero no literario porque su intención es informar al lector sobre un tema determinado.

Un buen escritor coloca primero las imágenes, la palabra poética, trabaja sobre cada expresión hasta dar con la forma justa. Dice cosas, pero de tal manera que su voz llega a lo más hondo del corazón humano.

Es importante tener en cuenta tres aspectos para introducir a los niños a la literatura:

1. El nivel de lengua utilizado por el autor: los lectores pequeños tienen dificultad frente a las oraciones muy extensas, con gran cantidad de información apretujada. La complejidad sintáctica debe ser progresiva hasta llegar a la adolescencia. Si tiene mucha información que lo exceden, se producirá un rechazo.

2. Los centros de interés: a los bebes les atraen más las historias en las que se ponen en juego un personaje infantil y un objeto conocido (una pelota, un pájaro) o una figura femenina que pueda asociar con su mamá verdadera o sustituta

Los niños de dos o tres años disfrutan ya de narraciones en las que intervienen más personajes y los hechos del cuento suceden en espacios que les gusta recorrer como la plaza, la calesita. Los animales antropomorfos son preferidos para identificarse y convertirlos muchas veces en sus juguetes, como los osos, jirafas, perros, gatos, humanizados, parlantes y traviesos como un niño.

A partir de los cuatro años y durante el primer ciclo de la escolaridad primaria, se inclinan por los elementos mágicos o sobrenaturales. Nace la curiosidad por temas más complejos: el amor en la pareja, la sexualidad, los nacimientos, las muertes, las aventuras en lugares extraños, y toda historia en la que los protagonistas se alejan de la tutela familiar y atraviesas por sí mismos las dificultades o las amenazas del mundo exterior.

La literatura para niños y jóvenes puede ser un buen acompañante de los momentos de duelo de la infancia y la adolescencia, al tiempo que va armando el camino hacia la literatura de hondura, de mucho cuerpo y forma, la que indaga cuestiones ideológicas que convocan el pensamiento y el interrogante nuevo. La literatura juvenil, más acorde con las posibilidades intelectuales y emocionales de lectores en formación, resulta un buen estímulo para orientar la búsqueda de realidades diferentes a las que se suceden en la vida de todos los días.

3. La ideología presente en el texto: toda obra literaria contiene en su textura un sistema de ideas, una visión del mundo.

El escenario de la literatura infantil: de qué se trata esta literatura y por qué importa saberlo

(DIAZ RÖNNER)

La literatura para chicos trata de muchas cosas que nunca están superpuestas: de las palabras y las multiformas que cada escrito les otorga. La literatura trata del lenguaje de sus resplandores en pugna. En pocas ocasiones se ubica al lenguaje como el protagonista específico de una obra literaria infantil.

El abordaje de los libros para chicos está entorpecido por una lectura arquetípica por la que se les prohíbe a los chicos insertarse en el mundo social y cultural.

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