La Cultura del Cuerpo
Enviado por Mariana Castellanos Deras • 20 de Julio de 2020 • Ensayo • 535 Palabras (3 Páginas) • 161 Visitas
LA CULTURA DEL CUERPO
Preocupa la proliferación ascendente de valores pragmáticos contables, como si fueran los únicos importantes en la bolsa ficticia del mercado humano. Se habla reiteradamente de la sociedad del bienestar entendiendo por ello la acumulación de bienes, el disfrutar placeres sin límite, la denodada preocupación por evitar toda clase de sufrimiento. En la cultura actual, la dimensión corporal adquiere un valor prioritario, provocado por una publicidad sin fronteras, llegándose casi a la idolatría física. Y ya Pitágoras nos recordaba hace muchos años: “La mente que se ocupa demasiado del cuerpo hace su prisión insoportable.”
Muchos adolescentes quieren tener una buena silueta, por ello llevan a cabo no pocas privaciones y sufren ante las crecidas apresuradas de su cuerpo que ellos no pueden controlar en la medida de sus deseos. De hecho, algunas muchachas cometen el error de someterse a esforzados sacrificios dietéticos con riesgo de atentar contra su propia salud, para intentar conseguir un cuerpo perfecto. Observamos una excesiva preocupación por la agilidad corporal, por mantener una imagen atractiva, por conseguir una elegante apariencia física. Un cuerpo armónico -se piensa- seduce, atrae la atención.
La cultura basada en la estética corporal tiene sus propios templos: los gimnasios, los institutos de belleza y dietéticas, las tiendas de alimentos especializados que buscan prioritariamente mejorar la silueta física de una persona. Para muchos lo que cuenta es a apariencia, l fachada. Con un cuerpo elegante, armonioso, al parecer va a llegar necesariamente el triunfo en el combate de la vida. Al menos, eso es lo que se nos intenta vender con sofisticados sofismas. Los medios de comunicación, especialmente la televisión se están constituyendo en los transmisores de valores y comportamientos, reemplazando a la familia y a la escuela. Y buen parte de los valores que proyectan son materiales y estéticos. Se magnifican las virtudes de la gente bella, de la sociedad anclada en el triunfo.
La obsesión por el cuerpo, por la armonía externa, va definiendo los parámetros de lo que se entiende por salud. Si hay salud física, se piensa, ya hay calidad de vida. Vid sana viene a ser sinónimo de bienestar, ausencia de sufrimiento, elegancia externa. Los medios de comunicación social nos dictan lo que debemos comer, como debemos vestir, que es preciso hacer para alcanzar la felicidad. La vida sana, así entendida, se convierte en una consecuencia lógica de ir consumiendo lo que se nos ofrece en la publicidad.
Existen otras dimensiones en la persona humana que no son menos importantes que la apariencia física, así el nivel cultural, el estado anímico, la sensibilidad moral. El yo es siempre un misterio en el que inciden muchos aspectos nos siempre relacionados con la exterioridad. El núcleo más profundo de la realidad personal es el espíritu. Por ello hablamos con tanta frecuencia de la salud integral que incluye tanto la dimensión corporal como el estado anímico.
El adolescente tendrá que tomar conciencia de la necesidad de llegar hasta su universo interior, descubrir su realidad espiritual y lograr un adecuado autoconocimiento. La salud depende en buena parte del estado anímico, del talante humano y también por supuesto, del buen estado corporal. Con desequilibrios interiores, con quebrantos espirituales, difícilmente logremos la estabilidad integral de una vida saludable y positiva.
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