La Dignidad De La Persona Humana
Enviado por Jhefferson783 • 4 de Mayo de 2014 • 2.143 Palabras (9 Páginas) • 368 Visitas
B. La primera formulacin de la idea
de dignidad humana
El aporte m£s evidente de los humanistas a la teor■a
de los derechos del hombre tiene que ver con la
exaltacin de la dignidad humana, el valor que se ha
transformado en el soporte moral de los derechos
humanos, definidos por muchos autores contempor£neos
como la traduccin en t←rminos jur■dicos de
valores ←ticos fundamentales como la dignidad y la
libertad. As■ lo sugiere el texto de la Declaracin
Universal de la ONU, que presenta "la fe en la dignidad
y el valor de la persona humana" y el reconocimiento
de un valor intr■nseco para todo ser humano
-independientemente de las diferencias de raza, nacionalidad,
sexo, status, etc.>, como el fundamento
de los derechos concretos.
El documento m£s conocido y famoso es sin duda
la oracin Sobre la dignidad del hombre, redactada
por primera vez en 1486, en Firenze, por Pico della
Mirandola. En ella el filsofo humanista destaca el
lugar privilegiado del ser humano en el conjunto de
los dem£s seres vivientes, por ser el nico ente con el
poder y la capacidad de llegar a ser lo que quiere y
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No. 7 Ao MCMXCV111
u. NAClONALDECOLOMBIA
BOGOT, D.C.
debe ser. El hombre es el vocero de todas la criaturas,
el int←rprete de la naturaleza, el punto de interseccin
"entre la eternidad y el fluir del tiempo". A diferencia
de los animales, atados a las leyes del instinto,
se caracteriza por la libertad de forjar su naturaleza y
determinar su destino. Para justificar esta condicin
de privilegio Pico recurre a una ingeniosa reconstruccin
del relato b■blico relativo a la creacin. Cuando
lleg el momento de crear al hombre - anota Pico -, a
la potencia creadora se le hab■an pr£cticamente agotado
las formas originarias, ya empleadas para la creacin
de las dem£s especies. Sin embargo, una idea
brillante logr "sacar de apuros" a la divinidad: en el
caso del ser humano no ser■a necesario idear un nuevo
molde; por el contrario, el mismo hombre se ep.-
cargar■a de formarse y moldearse a s■ mismo, de acuerdo
con su libertad. El "mejor artesano" decret as■
que el hombre pudiese llegar a poseer todo lo que se
le hab■a entregado en propiedad a cada especie, "pues
no pod■a d£rsele nada propio". Por esto le dio al ser
humano una forma indeterminada, lo ubic en el centro
del mundo y le habl as■: "no te he dado ningn
puesto fijo, ni una imagen peculiar, ni un empleo determinado.
Tendr£s y poseer£s por tu decisin y eleccin
propia aquel puesto, aquella imagen y aquellas
tareas que t quieras. T marcar£s tu naturaleza segn
la libertad que te entregu←( ...) T mismo te has
de forjar la forma que prefieras para ti, pues eres el
£rbitro de tu honor, su modelador y diseador".
La moraleja de este relato es evidente: puesto que
el hombre no se encuentra atado a una forma dada
de antemano que determine y oriente su actuacin,
se ve obligado a inventar, casi que de la nada, el orden
que quiera conferirle a su existencia y al sistema
de relaciones con los dem£s. Lo que ←l llegue a ser
depender£ de su actuacin libre y de su esfuerzo creador.
As■ que el hombre se crea a s■ mismo; es el protagonista
activo de su propia historia y de hecho se
hace actuando. Es interesante anotar que Pico sigue
utilizando la idea cristiana de dignidad humana sustentada
en la creacin del hombre como un ser creado
a imagen y semejanza de Dios. Slo que esta semejanza
adquiere un sentido distinto, en la medida
en que el hombre comparte con la divinidad el atributo
m£s elevado: la misma capacidad creadora. Gracias
a este destino excepcional, el g←nero humano se
ubica por encima de los animales, condenados a repetir
constantemente el ciclo vital impuesto por su
ANGELO PAPACCHINI LOS DERECHOS HUMANOS A TRAVS DE LA HISTORIA
naturaleza y sus instintos, pero tambi←n por encima
de los mismos seres celestiales, obligados desde la
eternidad a permanecer lo que siempre han sido. Slo
la libertad permite un desarrollo y una historia.
En su interpetracin del relato del G←nesis Pico
destaca tambi←n el lado sombr■o de esta libertad, un
don hermoso pero tambi←n peligroso y comprometedor:
de hecho la libertad de eleccin "puede rebajar
al hombre a la condicin de los animales o elevarlo
hacia lo divino". El terico humanista alcanza a vislumbrar
la otra cara, m£s inquietante, de la libertad
de los modernos: la carencia de slidos puntos de
referencia, que alimentan a su vez sentimientos de
desarraigo o desamparo, o incluso el miedo a la libertad,
percibida a menudo como una carga pesada. De
todas formas, se trata slo de una posibilidad por
ahora remota, obnubilada u opacada por el brillo de
este ideal de libertad creadora, que le abre al hombre
la posibilidad de llegar a ser lo que quiere y a tener lo
que desea. Esta exaltacin de la dignidad humana,
expresin de una "renovada confianza en el hombre
y en sus posibilidades", se ha transformado con razn
en el manifiesto del Humanismo. No es fortuito
que aparezca en la Florencia de los Medici y bajo el
dominio de Lorenzo el Magn■fico, quien hab■a contribuido
a transformar a la ciudad en el centro del
humanismo, del arte y del saber.
Entre las obras de los pensadores humanistas
merece tambi←n una mencin especial el Di£logo de
la dignidad del hombre redactado por el espaol
Fern£n P←rez de Oliva (1494?-1531).La obra se desarrolla
en forma de di£logo entre Antonio, el abogado
de la dignidad, y Aurelio, quien destaca la miseria y
desproteccin en la que se encuentra el ser humano
en comparacin con los dem£s seres vivientes. En su
argumentacin, Aurelio llega incluso a elogiar la ignorancia,
que le prestar■a al hombre un mejor servicio
que el conocimiento, pues gracias a la ceguera intelectual
pasar■an
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