La Falacia De Los Adolescentes

LA FALACIA DE LOS ADOLESCENTES

Estoy seguro de que a todos nos gustaría ser ese alguien escondido en nuestro ser, en nuestra alma; pero que, lamentablemente, no somos capaces contra el poder del pecado original y nos dejamos adentrar en las redes del consumismo y en el hecho de tomar lo material como lo más primordial en nuestra vida social; llevándonos así a una falsa felicidad, a una que promete la plenitud, pero que de verdad no es nada, lo que yo llamo: la falacia de los adolescentes.

Actualmente calificamos a un adolescente como aquel joven cuyo centro social es el salir todos los fines de semana, el beber alcohol y hasta en el caso más extremo consumir sustancias psico -activas. Esta errónea descripción ha llegado el punto de discriminar a quien no cumpla estos “requisitos”. Además se le suman falsas y temporales modas que han estropeado campos tan exquisitos como lo son la música, el fútbol y la tecnología: aquel adolescente que no le gusta el reggaetón, que no sea hincha de un determinado equipo o que no tenga un celular de alta gama es considerado un anómalo, un antisocial. Por su parte aquellos descritos previamente, adaptan un carácter dogmático y critican sin límite a quienes piensan diferente a sus leyes, a su parecer. Si seguimos así lo más seguro es que las ideas y los pensamientos diferentes se acaben, a tal punto, de que el consumismo y el materialismo sean el centro y la base de la vida de cada uno de nosotros.

Probablemente –querido lector- se sienta identificado, y posiblemente reconozca en el fondo de su ser que esta humilde opinión tiene un poco de verdad. El punto no es crear conflictos ni generar diferencias, sino plantear una muy simple pero a la vez compleja pregunta: ¿quiere usted, de verdad, ser uno más del montón?

Esteban Felipe Cáceres Gélvez.

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