La Fiebre

provocando que llevaran el material infeccioso en sus manos.

Se puso a prueba esta nueva hipótesis, y se pidió a los estudiantes y personal médico que realizaba las autopsias que se lavaran las manos con una solución de cloruro de cal antes de realizar cualquier examen. Al fin las muertes disminuyeron de manera drástica y en 1848 el porcentaje de muertes ya solo era del 1.27% en la primera division y de 1.33 en la segunda.

Por último, otros hechos clínicos apoyaron esta hipótesis, como que las mujeres que daban a luz camino al hospital, no eran sometidas a examinación previa, también que las comadronas de la segunda división no llevaban disecciones antes de examinar a una embarazada, por lo cual no eran portadoras de material infeccioso.

“Posteriores experiencias llevaron a Semmelweis a ampliar su hipótesis. En una ocasión, por ejemplo, el y sus colaboradores, después de haberse desinfectado cuidadosamente las manos, examinaron primero a una embarazada con cáncer cervical ulcerado, procedieron luego a examinar a otra doce mujeres de la misma sala, después de un lavado rutinario, sin desinfectarse de nuevo. Once de las doce mujeres murieron de fiebre puerperal” llego a la conclusión de que la fiebre puerperal puede ser producida por materia muerta o pútrida procedente de organismos vivos.

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