La Hija Durmiente
Enviado por • 16 de Junio de 2014 • 1.217 Palabras (5 Páginas) • 188 Visitas
El Beso de la Virreina, es el título provocativo del libro en torno a la figura de Sor Juana Inés de la Cruz. La portada de la obra muestra a una mujer de escote prominente rodeando con sus brazos a la monja, lo cual en su conjunto, nos remite a pensar que esta novela centrará su narrativa en la misteriosa y polémica historia entre una virreina y la décima musa, hecho que se magnifica con el subtítulo de la novela que reza así: “La historia sugerente y cautivadora de dos mujeres condenadas al placer”. Por ende, la novela adquiere un tinte que se vislumbra erótico entre los dos personajes. No obstante, no ocurre así, estamos ante un mensaje que se antoja engañoso.
La obra inicia refiriendo los primeros días de sor Juana en la corte virreinal, mostrando a una chica pueblerina; retraída que poco a poco deja entrever sus grandes dotes intelectuales. Estos sucesos dan principio a una lectura ágil de la novela, entretenida y muy bien narrada que nos remite a la cotidianidad de la Nueva España, con diálogos muy bien logrados, que detallan los usos y costumbres, y por desgracia del trato inferior que reciben las mujeres de todo extracto social o casta, mediante prácticas arcaicas.
La novela presenta a una sor Juana de belleza singular, dotada de un magnetismo que cautiva a cuanta persona tiene contacto con ella, que contrasta con la belleza robusta; modelo cotidiano que se tenía de las mujeres en el virreinato, hecho que dará pie a envidias cortesanas e intelectuales que deslindan en conjuras y batallas palaciegas y clericales que son bien libradas por la décima musa en la mayoría de las situaciones.
No obstante, las contiendas más importantes para sor Juana son perpetuadas por ella misma, en una lucha constante con sus monstros internos inmersos de recuerdos dolorosos de su infancia que originan en Sor Juana, un cuerpo adormecido que busca como redención el conocimiento, la música y la danza.
Por tanto, hay un deleite por el saber que sobrepasa los anhelos convencionales; somos participes del deseo de la Asunción por parte de Sor Juana, ese estado de conciencia sacro del ser humano, donde se conjunta la corporeidad, el espíritu y el pensamiento. Ese ideal o estado de gozo para la poeta, que es equiparable, en mi opinión al Avalón del Rey Arturo. Ese lugar de descanso y tranquilidad después de la vida terrenal, donde los ideales de justicia e igualdad son alcanzados.
Debo decir, que me es grato leer otra novela histórica entorno a Sor Juana, tratando de encontrar nuevos aportes. En especial, esta obra cumple el cometido de detallar una sociedad novohispana, donde el desenlace se muestra por demás emotivo. La pregunta resultante es qué tan importante es sustentar una ficción en hechos históricos o hasta dónde se puede ejercer la libertad creativa de un escritor. Esto me recuerda a un extracto de una canción del cantautor Alejandro Sanz[1] que dice “es mi canción no tengo que decir la verdad”…en este caso, claro está, hablamos de un libro. Pero creo que Sor Juana merece con creces una acercamiento lo más veraz posible con su vida y obra.
Así pues, resulta desconcertante leer hechos en esta obra bien narrados, pero errados u omisos de los datos que son conocidos en la biografía de Sor Juana. Mismos que aquí enumero:
Por ejemplo, el libro relata que la madre de Juana Inés murió cuando la joven vivía con su tía, antes de iniciar en la corte virreinal. Sin embargo, la sorjuanista Margo Glantz ha expresado en entrevistas
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