Carta A Mi Hija

VIDA DE MI VIDA

Mi Amad@ y tan esperad@ Hij@:

Es posible que para muchos el hecho de que yo te escriba les parezca una tontería. Tenerte es el anhelo más profundo que guarda mi corazón.

Es posible que no entiendas porque decidí tenerte sin pareja, aunque me encantaría brindarte un hogar bien formado, se ve muy lejos esa posibilidad por algunas problemas que no tome en cuenta cuando apareciste en mi vida, amor no creas que fuiste una consecuencia o un accidente pues te digo que fuiste hecho con mucho amor eres obra de Dios porque sé que él tiene un propósito para nosotros “eres la casualidad más hermosa que me ha pasado en mi vida, pero te hago presente que para mí el amor de pareja se me ha negado o hecho muy difícil. Y aunque he pasado mucho tiempo meditando ya que es muy importante porque afecta el futuro de tres personas. Pero te amo y deseo tenerte junto a mí, y voy a luchar por darte lo mejor a pesar de los rechazos de los demás, te confieso que no me importa lo que diga la gente lo que me interesa es que estarás conmigo muy pronto.

Ya cumplí 28 años siento que te he esperado toda mi vida, el cielo me concedió el milagro de tenerte en mi vientre que te acogerá por 9 meses y luego tenerte entre mis brazos mi amor. Muchas veces, en la noche, en la soledad de mi cuarto yo te veo en ese viaje incansable que se llama pensamiento, a solas con mi almohada, he imaginado en lo lindo que sería tenerte en mis brazos. Te imagino con mis ojos y los míos se llenan de lágrimas. Siento que me haces falta. Siento que todo sería tan diferente si te pudiera abrazar aunque sea un minuto. Pero soy tan feliz cuando siento tus pataditas dentro de mí, sabes no dejas de moverte me imagino que serás un (a) travies@ pero me encanta sentirte en mi ser y al orar a Dios pido por ti para que nos de su bendición te amo como jamás he amado.

Como dice en su canción ALEJANDRA GUZMAN.

YO TE ESPERABA

Yo te esperaba

y veía mi cuerpo crecer

mientras buscaba

el nombre que te di,

en el espejo

fui la luna llena de perfil

contigo dentro, jamás fui tan feliz.

Moría por sentir

tus piernecitas frágiles

pateando la obscuridad

de mi vientre maduro.

Soñar no cuesta no

y con los ojos húmedos

te veía tan alto es más

en la cima del mundo.

Yo te esperaba

imaginando a ciegas el color

de tu mirada y el timbre de tu voz.

Muerta de miedo

le rogaba al cielo que te deje

llegar lejos, mucho más que yo.

Yo te esperaba

y pintaba sobre las paredes

de tu cuarto, cuentos en color

restaba sin parar, días al calendario

solo tú me podrías curar

el modo de escenario.

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