La Importancia de la Teoría de la Educación
Enviado por William P. Cardenas • 3 de Mayo de 2018 • Ensayo • 1.242 Palabras (5 Páginas) • 111 Visitas
La Importancia de la Teoría de la Educación
Maestra: Lizbeth Gomez
Alumno: William Puc Cárdenas
El objetivo de este ensayo es argumentar sobre cómo las filosofías de la educación subyacen en una práctica docente. Por lo tanto, se establece se establece que las posturas filosóficas de la educación están vigentes y pueden ser más significativas que una práctica educativa.
Koeting y Combs (2002) indican que “enseñar es intervenir en la vida de otros”, por tanto, una persona que se dedica a la educación tiene, de alguna manera, un poder que puede utilizar para influir en la forma de pensar de los estudiantes. Recuerdo que algunos de mis maestros en la universidad nos inculcaban a cuestionar el sistema político de nuestro país y así despertar ese espíritu reformador social que algunos tenemos. Además de motivarnos a criticar el sistema de gobierno, los profesores nos mostraban una visión idealista basada en la lucha por los derechos humanos, igualdad de etnias, igualdad de oportunidades, y yo le añadiría; derecho a una buena convivencia entre iguales.
Por consecuencia, estos profesores, que lejos de usar metodologías contemporáneas e innovadoras en su clase, más bien usaban métodos “platónicos”, crearon estudiantes (al menos en dos personas, otro compañero y yo) la visión de hacer algo por nuestro país. Establecido lo anterior, se puede afirmar que es claro que algunos vivimos bajo utopías promovidas por la filosofía de la educación y el enfoque social de la misma, como Carr señala. Sin embargo, estas influencias nos motivaron a no solo enseñar por enseñar, sino a enseñar con un objetivo claro, establecido de manera particular; tener una mejor sociedad. Por lo tanto, lo menos que puedo hacer, desde mi punto de vista, es formar estudiantes educados en valores como la empatía el respeto y con capacidad de cuestionar. Por consecuencia, esto se reflejará en una mejor convivencia en la sociedad donde se desenvuelvan nuestros estudiantes.
Asimismo, Carr afirma que la filosofía tradicional y progresista liberal tienen en claro que la educación posee un propósito y un valor intrínseco; ambas filosofías pretenden formar estudiantes con autonomía racional e intelectual. En acuerdo con esto, se puede señalar que la educación tiene motivos subyacentes en la práctica docente actual. En otras palabras, los que somos educadores transmitimos ideologías a los estudiantes y motivamos a razonar positivamente a los alumnos, además de trabajar en el contenido que nos establece un programa educativo. Las ideologías que se transmitan estarán de acuerdo con el pensamiento que hayamos tomado de nuestros profesores quienes nos dieron una perspectiva de lo que es la educación, como señalan koeting y Combs (2002). Algunos profesores pensamos que la educación puede dar una mejor calidad de vida a nuestra sociedad, por tanto el valor de la educación puede ser incalculable para aquellos que pensamos en una sociedad igualitaria y progresista. Este ideal nos impulsa a enseñar viendo más allá de una remuneración económica, sino teniendo la satisfacción de formar estudiantes cultos y por ende buenos ciudadanos.
Ahora bien, según Carr a pesar de que los profesores se identifican con la filosofía liberal y la progresista, en la práctica es difícil que se materialicen sus ideas. Visto de este modo, podemos establecer que en la educación actual es difícil promover filosofías de la educación, actualmente la mayoría de los estudiantes y algunos profesores tienen como objetivo el bien personal y no la igualdad de condiciones para todos. Tanto alumnos como educadores se han vuelto un producto de consumo. Los alumnos porque quieren obtener un empleo donde se obtenga una buena ganancia, y los profesores porque solo se limitan a los objetivos marcados en un programa emitido por una institución educativa, sin comprometerse en una visión de formar estudiantes con valores y conocimientos que lleven a la mejora de la vida en una población. Como consecuencia, es difícil sacar adelante una filosofía de manera conjunta, cuando cada quien antepone sus intereses y no el bien común de todos.
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