La Invención Del Aula.De pedantes, pedagogos y aulas
Enviado por mju1 • 27 de Junio de 2019 • Documentos de Investigación • 1.515 Palabras (7 Páginas) • 1.074 Visitas
INTRODUCCIÓN
De pedantes, pedagogos y aulas.
Empezamos a revisar tratados de pedagogía y en la mayoría de ellos se definían la pedagogía, sus tipos o divisiones, las ciencias auxiliares y las áreas de aplicación. Casi todos partían de considerar a la pedagogía como un saber que cabía íntegramente en este esquema; para algunos podía tener más de ciencia y para otros más de arte, pero en todos constituía un cuerpo de conocimientos definido.
La idea es que la educación, si tiene un buen método, lograran transformar por completo a las personas hasta borrar los rastros de su origen social y cultural, lo que nos lleva a pensar que seremos todos idénticos; nos espantamos ante la mención de la clonación de la oveja Dolly, pero no nos asusta de la misma manera esta idea de la pedagogía que quiere replicar seres, moldearlos y formarlos a medida, que pretende dominarlo y saberlo todo.
Este libro pretende ser un aporte para que perdamos el miedo a enseñar y también a aprender, leer, conocer otros mundos. Es probable que parte de esos temores nos acompañen toda la vida pero ojalá el tema del control y del miedo a perderlo dejen de ser unos de los ejes más importantes de la interacción docentes-alumnos.
Si la pedagogía es un saber que ayuda a los docentes a ser “buenos” docentes, entonces conviene empezar planteándose como se define un “buen docente”, quién lo define, cómo trabaja; antes de pensar en reglas, divisiones y formas de transmitir ese saber.
Partimos de considerar que las definiciones de un buen docente, del contenido de la enseñanza, de los métodos y didácticas, son saberes históricos, producidos por sujetos sociales, por pensadores, grupos, instituciones que actuaron y pensaron en otros contextos. Incluso la idea de que hay que tener en cuenta la psicología infantil, las categorías y conceptos que se usan para hablar sobre el aprendizaje de los niños; son conceptos históricos.
Muchas de las técnicas y palabras que usamos para referirnos a lo que ocurre en clase tienen un pasado, emergieron en respuesta a desafíos o problemas específicos y todavía siguen aportando parte de esos significados. Entender de dónde surgen, qué usos tuvieron y tienen, y qué efectos causaron, pueden ayudarnos a asumir nuestra tarea como una reinvención.
Transmitir es también dejar espacio para que el otro haga otra cosa con nuestro saber y nuestro deseo de educarlo, para que sea otro, y no uno mismo.
Nos gustaría ofrecer este libro para poder entender de dónde vienen el que los alumnos levanten la mano, se formen en filas o usen cuadernos, para poder evaluar si eso es lo que realmente queremos enseñarles, y hacernos cargo de esa decisión y de esa responsabilidad. Todas las estrategias y opciones que usamos en nuestra tarea cotidiana tienen historias y significados que nos exceden y producen efectos sobre los alumnos, no sólo en términos de si aprenden o no cierto contenido sino de su relación con la autoridad, con el saber letrado en general, con los otros.
Algunos maestros, creen que es mejor renunciar a transmitir algo, no intervenir, como si con ese gesto pudieran deshacerse del poder que conlleva la posición del docente. El poder sigue siendo, sin embargo, constitutivo de la relación docente- alumno; el tema es ocupar ese lugar de transmitir la cultura lo más convenientemente que uno pueda, usar esos espacios de libertad, tratar de salir del modelo de clonación y producir una diferencia en nuestras vidas y en la de los otros.
Pedagogía significó muchas cosas a través del tiempo; desde el 1500 hasta ahora, en la modernidad, puede señalarse que las primeras definiciones diferenciaban al pedagogo “ayo que cría al niño”, del pedante “maestro que enseña a los niños”. El pedagogo era un educador: no solo era maestro sino que también podía tener a su cargo funciones que hoy llamaríamos de crianza de los niños.
¿Por qué este vínculo con los “pedantes”? La palabra pedagogía comparte su raíz con la palabra pedante, que es “el que peca de sabio”; en 1737 se establece que el pedagogo es “cualquiera que anda siempre con otro, y le lleva donde quiere, o le dice lo que ha de hacer”. Ya en 1788 aparece con más fuerza el significado que hoy conocemos, la pedagogía se acerca a lo que llamamos “maestro”.
En el siglo XIX aparece la definición de pedagogía como “el arte y ciencia de enseñar y educar a los niños”.
Veamos más de cerca la definición moderna de pedagogía. La pedagogía es una ciencia y un arte; se vincula con el “enseñar” y el “educar”; se ocupa de los niños; se puede agregar que
algunas definiciones contemporáneas sostienen que la pedagogía no solo se ocupa del niño sino también
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