La Lectura Expresiva
Enviado por zompopito • 8 de Abril de 2015 • Informe • 411 Palabras (2 Páginas) • 319 Visitas
La Lectura Expresiva es una lectura colectivas, esta se realiza para la comprensión y el disfrute tanto del lector como de los oyentes o auditorio. En la lectura expresiva, el lector es un intérprete en la forma expresiva que el autor de un texto le daría ante sus receptores, al igual que en la oratoria, en la lectura expresiva son importantes el dominio escénico, la empatía, la elegancia y la comprensibilidad.
La intensidad de la voz equivale al volumen y es la fuerza o potencia de emisión de las vibraciones que proceden de las cuerdas vocales. Es la energía con la que el aire es impulsado desde los pulmones hacia las cuerdas vocales. De esta forma, si hablamos en voz baja, la intensidad es muy débil, mientras que, si hablamos en voz alta la intensidad será mayor y necesitaremos respirar con mayor frecuencia. La intensidad baja se corresponde con las sensaciones de tranquilidad, intimidad, tristeza o cercanía; la intensidad alta la asociamos con la alegría, rabia, agresividad o ánimo.
El tono (agudo o grave) es la altura o elevación de la voz que resulta del número de veces en que vibran nuestras cuerdas vocales. Cuantas más vibraciones (mayor frecuencia), más aguda es la voz y más alto el tono; por el contrario, cuantas menos vibraciones (menor frecuencia), más grave es la voz y más bajo el tono. De esta manera, el tono permite clasificar el sonido en más agudo o más grave.
El término registro vocal denomina la forma de vibración de los labios vocales, ligamentum y capa mocosa, al producir el sonido.
Hay personas que saben leer muy bien para que otros entiendan y gocen del texto. Leer en voz alta implica una dimensión interpretativa, disponer de recursos de ritmo, tono, pausas y silencios, modulaciones de voz, gestos, insinuaciones, quizá dejar de mirar el papel para ver a quien nos escucha...
La lectura en voz alta no sólo sirve para leer para los demás. Podemos leer en voz alta cuando dominamos unos automatismos de velocidad y además “sabemos meternos dentro del texto”. Leer bien no es sólo poder leer rápido, sino saber regular distintos ritmos de expresión según lo requiera el texto y el auditorio.
Cuando uno sabe disfrutar leyendo para otros, también comparte el gusto por leer para sí. Saber leer bien para otros significa también saber leer bien para uno mismo.
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