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La Lengua


Enviado por   •  4 de Abril de 2014  •  1.247 Palabras (5 Páginas)  •  219 Visitas

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Reflexión sobre la lengua (sistema, norma y uso)

y los textos

Los saberes que se ponen en juego

Como se ha señalado en el apartado “Enseñar Lengua en el Segundo Ciclo”, el

Eje “Reflexión sobre la lengua (sistema, norma y uso) y los textos” involucra un

conjunto de saberes que tienen como rasgo común el hecho de poner el lenguaje

(los sonidos, las palabras, las oraciones, los textos, la situación de comunicación,

etc.) en el lugar de objeto de conocimiento y reflexión, es decir, de indagación.

Esto significa que en la enseñanza de la lengua hay distintos momentos:

en muchos, los chicos escriben, leen, conversan, esto es, realizan prácticas de

lectura, escritura y oralidad sin detenerse necesariamente en aspectos puntuales

del lenguaje; en otros, la lengua y los textos se convierten en el foco de atención

y de sistematización, es decir, momentos en los que se realizan actividades

metalingüísticas.

Buena parte de la reflexión metalingüística se relaciona con el aprendizaje de

cuestiones acerca de la gramática, de la normativa y de los textos. A su vez, este

aprendizaje favorece el desarrollo de las prácticas de lectura y escritura. En

efecto, como hemos visto en los ejes anteriores, la reflexión sobre la lengua y

los textos incide en la comprensión y producción de textos orales y escritos:

ayuda a tomar decisiones durante la escritura y la revisión de textos, a pensar y

usar maneras alternativas y “nuevas” de decir lo mismo, a utilizar algunas estrategias

de lectura.

Asimismo, la reflexión metalingüística permite que los chicos y las chicas

empiecen a realizar una serie de operaciones relacionadas con los saberes

específicos del área: clasificar, comparar, buscar ejemplos y contraejemplos,

identificar rasgos comunes, etcétera.

Propuestas para la enseñanza

En ocasiones, la reflexión sobre algún aspecto puntual surge en el marco de

experiencias de lectura, de escritura y revisión de textos, o de interacciones orales.

Esto puede ocurrir, por ejemplo, cuando en el aula discutimos cómo se escribe

una palabra apelando a su morfología, cuando inferimos el significado de otra

a partir de su prefijo, cuando hablamos del narrador a partir de indicios gramaticales,

cuando conversamos con los chicos acerca de cuál es la mejor manera de

ordenar las partes de una oración en función de lo que quieren decir, o, incluso,

al proponerles que descubran en un texto diferentes maneras de decir lo mismo.

Ahora bien, más allá de las situaciones en que la reflexión sobre la lengua

ingresa al aula de manera “ocasional”, los momentos de trabajo en que nos concentramos

en determinados contenidos específicos de la lengua constituyen

una herramienta muy importante para los chicos: les permiten ampliar su conocimiento

y desarrollar su reflexión sobre las unidades que la componen y las

reglas que rigen su funcionamiento. En estas situaciones, los niños ponen en

juego lo que saben acerca de los textos, las palabras, las oraciones, a partir de

su propia intuición y de sus experiencias escolares previas. Con la orientación

del maestro y la interacción con sus pares se busca que los niños y las niñas

piensen sobre la lengua y que, partiendo de ese conocimiento intuitivo, lleguen

paulatinamente a construir un saber consciente y reflexivo, pero siempre a partir

de la curiosidad, que es justamente lo que impulsa el trabajo.

Cuestionar lo obvio, problematizar los usos cotidianos, preguntarse acerca de por

qué se usa una forma y no otra, explorar, comparar, sustituir, deducir, entre otras, son

acciones que los chicos realizan para aprender y comprender el lenguaje.

Cuando el aula es un espacio de activo intercambio, los niños dicen lo que

piensan sobre las formas, los significados, las relaciones de las distintas unidades

de la lengua; con la ayuda del docente, discuten, elaboran definiciones y,

gradualmente, el grupo va construyendo un metalenguaje compartido, al que

podrán apelar para hacerse nuevas preguntas.

Pensar con palabras, pensar las palabras

Tanto en el hogar como en la escuela los chicos están permanentemente en

contacto con palabras y expresiones nuevas cuyo significado deben descubrir.

Indagan sobre sus significados a través de una pregunta directa al interlocutor

(“¿Qué quiere decir?”) o bien infiriéndolos a partir de cómo las usan los demás.

Por otra parte, también la

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