La Memoria de Trabajo

La Memoria de Trabajo es la capacidad de mantener presentes los elementos que son relevantes para la tarea que se está realizando en el mismo momento en el que se ejecuta.

Solís (2012) afirma que la investigación en neurociencia desde hace varias décadas ha confirmado que recordamos mejor aquello que se asoció en su momento con una emoción, en especial si ésta producía estrés. Su investigación tuvo como objetivo revisar los hallazgos neurobiológicos más relevantes respecto a la modulación que la emoción tiene sobre la memoria. Concluye que los eventos con carga emocional se recuerdan mejor.

Así mismo, la memoria de trabajo puede verse afectada por la edad, la cual no solo deteriora las estructuras neuronales, sino que también puede afectar la memoria de trabajo influyendo en la memoria a corto plazo, decayendo la capacidad de recuerdo con el paso del tiempo.

De este modo, la edad es “una categoría de periodificación biológica que funciona como constructo sociocultural que permite la ubicación espacio-temporal del ciclo de vida de un individuo” (Escorcia, 2013). Se han realizado varios estudios en cuanto a la consolidación, mantenimiento y perdida de la memoria de trabajo en relación con la edad.

Se encontró un estudio de Linares, Bajo & Pelegrina (2016) busco que tipos de cambios existen en los procesos de actualización de la memoria de trabajo, midiendo el tiempo de respuesta de niños, adolescentes y adultos. Concluyendo que en la memoria de trabajo, a medida que aumenta la edad el tiempo de respuesta disminuye y la precisión aumenta. También se demuestra que el tiempo de respuesta influye en la precisión y recuperación de la memoria de trabajo.

Además, con relación a la edad se encontró el estudio de Elosúa, Lechuga & Rato (1998), que investiga el efecto de la edad sobre la capacidad de almacenamiento y actualización de información de la memoria de trabajo. En un grupo de jóvenes y otro de ancianos se realizó una tarea de amplitud clásica y una de puesta al día. Los resultados sugieren que cuanto más avanzada es la edad, la capacidad de almacenamiento de la memoria de trabajo disminuye, sin embargo, la actualización de información no se ve afectada, ya que ni jóvenes ni ancianos presentaron problemas en la flexibilidad de concentración.

De igual forma, están Huang, Klein & Leung (2016), con su investigación para determinar si la memoria de trabajo espacial está relacionada con la edad. Para analizar esto se realizó una resonancia magnética en niños de entre 9 y 12 años, revisando la relación entre las respuestas neuronales y la ejecución de tareas. Los resultados encontrados demuestran que las tareas llevadas a cabo por los participantes, fueron predichas por la desactivación de ciertas zonas del cerebro. Las tareas positivas y negativas realizadas generaron actividad cerebral durante la memoria de trabajo espacial, lo que contribuye a la realización de acciones exitosas en la infancia tardía y la adolescencia temprana.

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