La Oracion
Enviado por monicacv • 2 de Febrero de 2012 • 2.227 Palabras (9 Páginas) • 455 Visitas
Universidad de Oriente
Núcleo Bolívar
Unidad de Cursos Básicos
Cátedra: Comprensión y expresión lingüística
PROPOSICIÓN-ORACIÓN-SENTIDO
Profesor: Elaborado por:
Regulo Cerezo Viamonte Elimar
Cabrera Mónicca
Tosti
Juan
Ciudad Bolívar, Junio del 2011
PROPOSICIÓN-ORACIÓN-SENTIDO
Proposición:
Enseñar-aprender la escritura como proceso gradual y progresivo.
La escritura es una tarea compleja porque es un proceso que involucra distintas demandas cognitivas, lingüísticas, metacognitivas, motrices y socioculturales en una actividad que implica dedicación, paciencia y práctica.
En este sentido, la escritura es un proceso gradual y progresivo porque esta competencia no se adquiere en un solo grado ni con un solo maestro, ella se va desarrollando y consolidando a lo largo de toda la escolaridad y vida del sujeto. Desde el punto de vista cognitivo en la escritura interactúan tres subprocesos: planificación, redacción y revisión . (Scardamalia y Bereiter, 1992).
La planificación representa una idea general previa del texto a escribir
plan organizado de escritura). Durante este subproceso, el aprendiz de escritor
identifica el propósito de la escritura, tipo de texto, lenguaje a emplear, contenido
y posible lector. Estos aspectos relacionados entre sí deben ser orientados por el
docente de manera que el niño no entre en confusiones y vea la escritura como
un acto muy complejo que es preferible evitar. Con la finalidad de que el niño escritor
pueda abordar la planificación se sugiere al docente activar los
conocimientos previos del alumno sobre el tema que se quiere escribir, y buscar
información a través de diferentes fuentes de información (e.g. libros, periódicos,
revistas, folletos).
Igualmente, la planificación de la escritura debe estar acompañada por
diálogos entre el docente y los alumnos sobre las lecturas realizadas, anécdotas
personales, programas de televisión, etc. De esta manera, el alumno estará
generando mentalmente contenido para su composición, decidiendo cómo
organizar el texto, a qué audiencia pretende llegar y el efecto que se quiere lograr.
Es importante comprender que la planificación o preescritura permite tener una
imagen mental de lo que va a ser el texto futuro, es decir, el esquema de la
composición. Sin la preescritura hay más posibilidad de bloquearse y abandonar
la tarea de escribir.
El subproceso de redacción o textualización consiste en plasmar las ideas
sobre el papel, esto implica utilizar los aspectos formales de la lengua escrita
como ortografía, acentuación o signos de puntuación. Este segundo subproceso
comprende la materialización del pensamiento, el pase de la intención a la palabra
escrita, es decir, la escritura formal de las ideas que el niño-escritor pretende
comunicar. En este sentido, se hace necesario otorgar al niño espacio en el contexto
escolar y tiempo suficiente para que puedan escribir sin presiones de ningún
tipo, es decir, dando oportunidades a los alumnos de expresar sus ideas, revisar
sus propios errores, autocorregirse, reformular sus borradores y mejorar
paulatinamente su trabajo.
Por ello, el docente debe orientar al alumno para que él sienta confianza
en lo que está haciendo; tratando de que el niño no fije su atención en los aspectos
formales o convencionales de la escritura, cuando está en la etapa de redacción.
Con ello no se pretende que el niño escriba ignorando los aspectos gramaticales
y lingüísticos, los cuales son imprescindibles para expresar y comprender las
ideas de un texto, sino que estos deben abordarse al momento de revisar la
composición.
La revisión supone volver sobre lo ya escrito, releyéndolo total o
parcialmente para buscar defectos, errores o imperfecciones y corregir o
reformular estos. Por lo tanto, docentes y alumnos entienden la revisión no sólo
como la superación de faltas ortográficas, sino como una operación global de
mejora, refinamiento y profundización del texto. El docente debe demostrar al
niño que el valor de la escritura está principalmente en lo que se quiere transmitir
al lector. En este sentido, la revisión debe partir de la comparación de lo escrito
con las intenciones de lo que se quería expresar al inicio de la actividad. De esta
manera, se podrá corroborar si en esta primera versión del texto, hay una
aproximación a lo que se desea transmitir, atendiendo al plan original.
Por consiguiente es importante que el docente le explique y demuestre al
niño que el primer intento de escritura en ningún caso puede ser considerado
como la composición final, ya que a medida que el alumno-escritor regrese a lo
ya escrito podrá verificar si está o no produciendo el efecto que realmente quiere.
Luego de asegurarse de que las ideas escritas representan el pensamiento del
niño, el docente puede proceder junto con él a revisar los aspectos convencionales
de la escritura. Para ello, se debe partir de la idea central de que las convenciones
son herramientas útiles para ayudar al escritor a expresar de manera precisa lo
que quiere decir y al lector a comprender el significado del texto leído.
Atender al proceso de producción de un texto escrito (planificación,
redacción y revisión) en el aula supone formar un lector-escritor comprensivo,
reflexivo, crítico, creativo y autónomo. Los subprocesos o etapas de planificación,
redacción y revisión no se suceden en el orden riguroso o fijo (Cassany, 1988).
La sucesión de etapas se rige por los principios de recursividad (no es necesario
que culmine una etapa u operación para que se suceda la siguiente), concurrencia
(dos o más etapas
...