La Profesión Contable Y Su Rol Frente Al Problema De La Corrupción

En días pasados, convocados por la Fundación Buen Gobierno, se reunieron las cabezas de los organismos de control fiscal, penal y disciplinario del país con el experto mundial en lucha anticorrupción Robert Klitgaard, para evaluar la efectividad de las acciones estatales encaminadas a combatir el flagelo de la corrupción en Colombia. Aunque los funcionarios -Contralor, Fiscal, Procurador y Zar Anticorrupción- reconocen la existencia de medidas eficientes para conjurar el mal, consideran que se requieren acciones de choque urgentes; principalmente referidas a sanciones severas para los empresarios inescrupulosos y las mafias locales que se están quedando con la plata del erario.

Por su parte, Klitgaard manifiesta que a pesar de los avances logrados -luego de ocupar el tercer puesto entre los más corruptos hoy ocupamos el 50 entre 133 países- la tarea en Colombia resulta más difícil debido a la presencia del narcotráfico e igualmente a la corrupción generada por los grupos armados, llámense autodefensas o guerrillas.

Por tratarse de un tema crucial, quisiéramos aportar algunos elementos de análisis adicionales, particularmente referidos al rol que la profesión contable podría desempeñar. Las transformaciones en la legislación contable de los países han buscado invariablemente la adecuación a nuevos tiempos y nuevas demandas. Así, se han producido diversos cambios que buscan consolidar la participación y la veeduría de la ciudadanía en los distintos procesos de la administración y el gasto públicos. Igualmente, se dan cambios sustantivos que quieren responder a los nuevos escenarios internacionales. Desde esta perspectiva, la introducción e incorporación de las normas internacionales de contabilidad -ojala debidamente armonizadas frente a la legislación vigente en el país- que estandaricen la información financiera se torna definitiva.

En el escenario de la normatividad sancionatoria son varios los aspectos que se deben reformular. De una parte, se precisa introducir nuevas sanciones -a modo de ilustración, frente a la falsedad de la información contable- y, como sugiere Klitgaard, sin duda se requiere aumentar algunas penas como mecanismo disuasorio de conductas corruptas. En esta perspectiva coinciden o confluyen instituciones como el Banco Mundial y la Federación Internacional de Contadores. Según este banco, una estrategia anticorrupción, por ejemplo, debe buscar establecer o fortalecer los límites, los contrapesos institucionales al ejercicio del poder y dentro de ella, resulta vital una administración de justicia independiente y efectiva, al igual que una legislación anticorrupción, capaz de articular los esfuerzos de las distintas instituciones del país.

Para la Federación Internacional de Contadores la batalla contra esta endemia debe realizarse en todos los niveles de la sociedad; ello exige un compromiso de los gobiernos para

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