La Soberania Alimentaria
Enviado por noemora_73 • 29 de Octubre de 2013 • 2.075 Palabras (9 Páginas) • 268 Visitas
Soberanía Alimentaria: Reclamo Mundial del
Movimiento Campesino1
Por Peter Rosset, 2004
La soberanía alimentaria es el derecho de cada pueblo a definir sus propias políticas agropecuarias y en
materia de alimentación, a proteger y reglamentar la producción agropecuaria nacional y el mercado
doméstico a fin de alcanzar metas de desarrollo sustentable, a decidir en qué medida quieren ser autosuficientes,
a impedir que sus mercados se vean inundados por productos excedentarios de otros países
que los vuelcan al mercado internacional mediante la práctica del ‘dumping’… La soberanía alimentaria
no niega el comercio internacional, más bien defiende la opción de formular aquellas políticas y prácticas
comerciales que mejor sirvan a los derechos de la población a disponer de métodos y productos
alimentarios inocuos, nutritivos y ecológicamente sustentables.
— Declaración sobre la Soberanía Alimentaria de los Pueblos, por Vía
Campesina y otros
A medida que la globalización económica guiada por las grandes corporaciones multinacionales,
y las políticas desmedidas de libre comercio devastan las comunidades rurales en todo el mundo,
las organizaciones campesinas se están uniendo en un clamor conjunto por la soberanía
alimentaria.
La soberanía alimentaria sostiene que la alimentación de un pueblo es un tema de seguridad
nacional, de soberanía nacional. Si para alimentar a su población, una nación debe depender de
los caprichos del mercado internacional, o de la voluntad de una super-potencia al utilizar los
alimentos como instrumentos de presión internacional, o de la imprevisibilidad y los altos costos
del transporte de larga distancia, ese país no está seguro, ya sea con respecto a la seguridad
nacional o a la seguridad alimentaria.
La soberanía alimentaria va más allá del concepto de seguridad alimentaria, lo cual ha sido
despojado de su verdadero significado por las diversas maneras en que el concepto ha sido
manipulado por diferentes intereses creados. Seguridad alimentaria significa que cada niño, cada
mujer y cada hombre deben tener la certeza de contar con el alimento suficiente cada día. Pero el
concepto no dice nada con respecto a la procedencia del alimento, o la forma en que se produce.
De ese modo, Washington puede argumentar que la importación de alimentos baratos desde los
Estados Unidos es una excelente manera que tienen los países pobres de lograr seguridad
alimentaria, más que si la producen ellos mismos. Pero la importación masiva de alimentos
subsidiados baratos socava a los agricultores locales, obligándolos a abandonar sus tierras. Ellos
engrosan las cifras de los hambrientos, ya que su seguridad alimentaria se pone en manos del
mercado cuando migran a los barrios urbanos pobres, en donde no pueden hallar un empleo
asalariado que les permita vivir bien. Para lograr una seguridad alimentaria genuina, los pueblos
de las áreas rurales deben tener acceso a tierra productiva, y a recibir precios justos por sus
cosechas que les permita gozar de una vida digna.
1 Traducido por Adriana Latrónico y María Elena Martínez de: Rosset, Peter. 2003. “Food Sovereignty: Global Rallying Cry of
Farmer Movements.” Institute for Food and Development Policy Backgrounder vol. 9, no. 4, Fall 2003, 4 pp.
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La única solución duradera para eliminar el hambre y reducir la pobreza es a través del desarrollo
económico local. Una forma de lograr dicho desarrollo en las áreas rurales es crear circuitos
locales de producción y consumo, donde las familias de agricultores vendan sus productos y
compren lo indispensable en poblaciones locales. El dinero circula varias veces dentro de la
economía local, generando empleo en los pueblos y permitiendo a los agricultores ganarse la
vida. Por el contrario, si lo que los agricultores producen es exportado, con precios del mercado
internacional (precios bajos), y si la mayor parte de lo que compran es importado (a precios
altos), todas las ganancias del sistema son extraídos de la economía local y contribuyen sólo al
desarrollo de economías lejanas (como en Wall Street). Por lo tanto, la soberanía alimentaria, con
su énfasis en los mercados y economías locales, es esencial para luchar contra el hambre y la
pobreza.
Un choque de modelos
De acuerdo con la Vía Campesina, el movimiento internacional de agricultores familiares y
campesinos, “la soberanía alimentaria da prioridad de acceso al mercado a los productores
locales. El comercio agrícola liberalizado, que brinda acceso a los mercados sobre la base del
poder en el mercado y a bajos, a menudo subsidiados, precios, niega a los productores el acceso
a sus propios mercados..” (2002). Lo que la Vía Campesina y otros dicen es que enfrentamos
una verdadera confrontación entre modelos económicos en el mundo rural. El contraste entre el
modelo dominante, basado en la agroexportaciones, las políticas neoliberales y el libre comercio,
versus el modelo de soberanía alimentaria, no podría ser más descarnado (ver cuadro). Donde un
modelo ve a los agricultores familiares como un anacronismo ineficiente que debería desaparecer,
el otro los ve como la base de las economías locales y del desarrollo económico nacional, tal
como lo fueron para el mercado interno que originalmente permitió desarrollar a los actuales
poderes económicos de los Estados Unidos, Japón, China y Corea del Sur.
Con respecto al hambre, un modelo ve la estimulación a las exportaciones como la forma de
generar las divisas necesarias para importar alimentos baratos que evita que un mayor número de
niños muera de hambre. Sus adherentes dicen que los cultivos de exportación también generan
empleo. El otro modelo ve la conversión de las tierras, en donde los campesinos producían sus
alimentos, a grandes monocultivos para la exportación como la fuerza principal que impulsa el
crecimiento del hambre y la miseria en las áreas rurales. Los adherentes a la soberanía
alimentaria señalan que la agroexportación en gran escala genera mucho menos empleos que la
agricultura familiar , y los generados son trabajos mal pagados y precarios.
Y mientras el modelo dominante se basa en monocultivos a gran escala que requieren de gran
cantidad de insumos químicos, y que utilicen semillas genéticamente modificadas
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