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La Teoria Realista De Las Relaciones Internacionales


Enviado por   •  6 de Septiembre de 2012  •  1.638 Palabras (7 Páginas)  •  716 Visitas

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Al discutir este término y su significado, debe hacerse referencia a las expresiones afines idealista, idealizado, ideal (adjetivo) y el ideal (sustantivo), todas las cuales derivan del griego idéa. Ésta significa "imagen", "figura", "forma": puede usarse en el sentido de "semejanza", o "copia" tanto como en el de "tipo", "modelo", o "patrón": es este último sentido el que encuentra expresión en "ideal", y "el ideal" y los derivados arriba mencionados. Al hablar de "el ideal", lo que tenemos en mente no es una copia de un objeto perceptible, sino un tipo. El artista se dice que "idealiza" su asunto cuando lo representa como más bello, más noble, más perfecto de lo que es en realidad. El idealismo en la vida es la característica de los que consideran las ideas de verdad y bien, bondad y belleza, como los criterios y fuerzas directoras. Este significado revela la influencia de Platón, quien hizo de idea un término técnico en filosofía. Según él el mundo visible es simplemente copia de un mundo ideal, suprasensible e inteligible, y consiguientemente las "cosas" no son sino la impresión hecha en la realidad por lo que es de naturaleza más alta, espiritual.

El Platonismo es la forma más antigua de idealismo y el propio Platón el progenitor de los idealistas. Es habitual colocar en contraposición el idealismo de Platón y el realismo de Aristóteles; este último niega de hecho que las ideas sean originales y las cosas meras copias; sostiene que la esencia es inteligible, pero que es inmanente a las cosas de la naturaleza, mientras que se introduce en los productos del arte. Es más correcto, por tanto, llamar a su enseñanza idealismo inmanente como contrapuesto al idealismo trascendental de Platón. Ambos pensadores revelan la decisiva influencia de ese idealismo moral y estético que permeaba la vida, el pensamiento y la acción griegos; pero para ambos lo que subyace más profundamente en su filosofía es la convicción de que el primer y más alto principio de todas las cosas es un Ser espiritual perfecto al que llaman Dios, y al que conducen, por medio de principios intermedios- esencia y forma, finalidad y norma- los múltiples seres individuales del mundo visible. En este sentido el idealismo es un dualismo, esto es, la doctrina de un principio espiritual superior frente a lo que es inferior y material, y esta doctrina se opone de nuevo claramente al monismo que derivaría lo superior y lo inferior de uno y el mismo Ser Absoluto. Este idealismo más antiguo enseña, no que todo sea uno, sino que hay un alfa y un omega, esto es, una Causa y un Fin, supramundanos, del mundo. A través de sus principios, el idealismo mantiene la distinción entre Dios y el mundo, entre lo absoluto y lo finito, aunque las mantiene en unidad; regula las relaciones entre realidad y conocimiento atribuyendo a las cosas dimensión, forma, intención, valor, norma, asegurando al mismo tiempo el requisito previo de certeza y validez, establece la verdad objetiva en las cosas que son conocidas y la verdad subjetiva en la mente del que las conoce. En este sentido los escolásticos enseñan que forma dat esse et distingui, esto es, el principio que constituye formalmente el objeto, también, en el acto de cognición, informa la mente. Puesto que sus principios expresan la causa y finalidad de las cosas, su naturaleza y valor determinados, el idealismo une lo especulativo y lo ético, lo verdadero y lo bueno, la filosofía moral y la filosofía de la naturaleza.

En este sentido San Agustín desarrolló la enseñanza platónica, y en su filosofía hay idealismo en el genuino sentido de este término. De él viene la definición de las ideas que la filosofía cristiana ha conservado desde entonces: "Las ideas son ciertas formas originales de las cosas, su arquetipos, permanentes e incomunicables, que se contienen en la Divina inteligencia. Y aunque no tienen ni principio ni fin, con todo se modelan según ellas las múltiples cosas del mundo que vienen a la existencia y desaparecen. Sobre esas ideas sólo lo exclusivamente racional puede fijar su mirada, dotado como está de la facultad que es su peculiar excelencia, esto es, mente y razón [mente ac ratione], un poder, por así decir, de visión intelectual; y es para tal intuición para la que sólo y únicamente está cualificado lo que es puro y santo, esto es, aquello cuya mirada es normal, clara y bien adaptada a las cosas que voluntariamente contempla" (De diversis quaest., Q.xlvi, in P.L.,XL.,30)

Esta línea de pensamiento adoptaron los escolásticos, desarrollándola en sus tratados como ideología. Su teoría no es descrita como idealismo, sino como realismo; pero esto no implica que estén en conflicto con la doctrina de Agustín; significa más bien que los principios ideales poseen validez real, que como ideas residen en la Divina mente antes de que las cosas correspondientes a ellas sean llamadas a la existencia, mientras que, como formas y esencias, realmente existen en la naturaleza y no son realmente productos de nuestro pensamiento. En este último sentido, esto es, como construcciones subjetivas, las ideas han sido consideradas desde mucho antes por los filósofos de la antigüedad, y especialmente por los estoicos,

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