La emancipación y desarrollo integral
Enviado por conitakeys • 4 de Diciembre de 2012 • Ensayo • 840 Palabras (4 Páginas) • 285 Visitas
Estos tuvieron como denominador común
el carácter combativo y de ruptura
con la tradición estética anterior, la búsqueda
de nuevas formas de expresión, y
un deseo de liberación de las trabas morales,
políticas y religiosas que impiden
la emancipación y desarrollo integral del
hombre, al igual que una búsqueda de
un arte autónomo y cerrado en sí mismo,
la eliminación de lo didáctico, confesional
y sentimental, y un desdén por el arte del
pasado con actitud lúdica, humorística.
Esta crisis, donde los fundamentos de la
actividad estética y la idea del hombre se
hayan bajo discusión, es producto de los
cambios que produjo en la sociedad europea
la revolución tecnológica. Es este
clima el que resulta sumamente propicio
para el nacimiento del dadaísmo.
Obviamente, la caída del Muro de Berlín
en 1989 funciona como un punto de
corte aquí: cualquier arte que de alguna
manera hizo sus compromisos con el
marxismo y/o el régimen de la Unión Soviética
es de aquí en adelante condenado
al olvido, negándosele el derecho de existir.
Los académicos menos escrupulosos
que el presente no han prestado atención
al contexto histórico, los regímenes
fascistas y dictatoriales, la Guerra Civil
Española, la Segunda Guerra Mundial,
la Guerra Fría y sus repercusiones, para
poder reconsiderar movimientos de
vanguardia más tempranos y eliminar de
éstos todos los poetas y artistas que se involucraron
políticamente en algún punto
de sus vidas.
Dada es un ejemplo excelente no de
democracia sino de anarquismo aplicado
a las vanguardias. Lógicamente, esto
debería prevenirnos de hacer cualquier
intento de sistematización. Por su misma
naturaleza, el Dadaísmo expresa confusión,
proclama vínculos entre opuestos,
niega el principio de la no-contradicción,
asegurándonos que sí=no.
Si un oponente pone en entredicho sus
principios, el Dadaísta entra en la pelea
profesando su completa indiferencia.
Existe una visión compartida ampliamente,
de que el Dadaísmo no fue ni anarquista
ni libertario y que estaba por lo
tanto a favor de la libertad individual sin
restricciones sociales. Esa etiqueta ciertamente
cubre a un número de artistas de
la época, pero ¿Puede acaso extenderse a
la totalidad del grupo como una doctrina
compartida?.
En realidad, todo nos muestra que la mayoría
de los Dadaístas estaban inmersos
en la cultura del anarquismo, desde Hugo
Ball que tradujo a Bakunin a Max Ernst,
Theodor Baargeld, Julius Evola, Marcel
Duchamp y Picabia leyendo a Stirner,
desde Julius Heuberger, el impresor de
la revista “Dada” en Zurich, a Man Ray,
el brillante estadounidense que servía
como comodín; desde el vínculo entre el
pintor Hans Richter y el grupo anarquista
de Zurich a las tendencias anarquistas del
Dadaísmo en Berlín (Hausmann, Baader,
Huelsenbeck). Treinta años después de
las demostraciones en Zurich, Tristan Tzara,
quien a su vez supo del movimiento
anarquista en Bucarest, creía en esta idea:
“Es obvio que la naturaleza anarquista del
Dadaísmo, junto con la idea de un absoluto
moral que el movimiento colocó más allá
de cualquier contingencia práctica, terminaría
manteniendo a los Dadaístas lejos de
las luchas políticas.”
Incluso, más allá de esta influencia
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