La enseñanza de la química y la educación sexual.

LA ENSEÑANZA DE LA QUÍMICA Y LA EDUCACIÓN SEXUAL

(una introducción al estudio de las soluciones no ideales)

En las tertulias informales entre los profesores del departamento de química, un colega sostiene que estamos enseñando unos temas como si trataran del sexo y la reproducción, tal como se enseñaba hace unos años, por lo menos. Su argumentación sigue más o menos esta línea:

SEXO Y REPRODUCCIÓN:

Primera etapa: el tema no se toca. Si un niño pregunta algo, se evade el tema, se dice que más tarde le explicarán, pero nunca encuentran tiempo. A veces gritan y regañan.

Segunda etapa: El niño pregunta de dónde vienen los más pequeños. La cigüeña desde París ayuda a que el niño no pregunte más por unas semanas, pero el tamaño de la barriga de la madre (o de una tía, o de la madre de algún compañerito), renueva las preguntas. Si se vuelve a evadir el tema, o se insiste en la cigüeña, a los pocos días, la conducta del niño revela que algo averiguó en la escuela, con lo que no se sabe qué averiguó, y de paso, ha concluido que los padres no son la mejor fuente de información. Como el tema fue definido como tabú por los padres, ahora es el niño el que define el tema como tabú, y los padres no podrán tocar el tema y todas sus aristas (¿con quién sales esta noche? O ¿dónde estabas anoche?) en los siguientes 17 años. Ya la pelea se perdió en el primer o segundo round.

ESTEQUIOMETRÍA Y EQUILIBRIO:

Primera etapa (o sea, Química I): Estequiometría: uno de los conceptos que los estudiantes perciben como fundamental es el de reactivo limitante. Una vez determinado el reactivo limitante, al final de la reacción, no queda nada del mismo y lo que queda de los demás reactivos y productos, se calcula suponiendo eso, que todo el reactivo limitante reaccionó. Gran parte del esfuerzo de los profesores está dedicado al uso de cifras significativas.

Segunda etapa: (o sea, Química II): Equilibrio: el estudiante, que logró, a veces ¡por fin!, manejar más o menos las cifras significativas y entender lo de reactivo limitante, no da crédito a sus oídos, cuando la profesora del segundo curso le dice que al final de la reacción, todavía queda algo del reactivo supuestamente limitante y que las cantidades se calculan usando una constante (además de la estequiometría). A estas alturas el estudiante duda de los conocimientos de los profesores del primer curso. La confusión es mayor si le tocó la misma profesora en ambos cursos. En cualquier caso, la constante es función de las concentraciones molares de equilibrio.

Tercera etapa: (o sea Química III): Química descriptiva. Esto tiene el efecto del cuento de la cigüeña. Un mientras tanto.

Cuarta etapa (esto es más complejo que sexo y reproducción): Fisicoquímica I. Equilibrio: el estudiante entra a un curso que se llama fisicoquímica en el que, luego de sudar con el Ciclo de Carnot y la entropía, se le dice que sí, el equilibrio está sólidamente fundamentado en los principios de la termodinámica. Pero ahora se entera de que si uno coloca concentraciones molares en la expresión de la constante de equilibrio, la constante no es tal constante. Hay que usar algo que se llama actividad (mientras tanto, en cursos paralelos de química analítica, sigue usando concentraciones molares). La desconfianza acerca de los conocimientos de los profesores de los cursos de química general crece.

Quinta etapa: Físicoquímica II: Soluciones no ideales. El estudiante se entera que, en realidad, una gran cantidad de reacciones no llegan al equilibrio, sino que reaccionan completamente, así que hay que usar (¡El retorno del Jedi!) el reactivo limitante (GOTO Química I). Además, los valores de la mayoría de las constantes de equilibrio tienen una precisión que no pasa de dos cifras significativas, con lo cual usar actividades o concentraciones muchas veces no cambia los resultados significativamente. Para colmo, los valores de algunas de las constantes difieren significativamente según la tabla que se consulte (hay varias en internet). A estas alturas, el estudiante no sabe si es que no entiende por deficiencias propias o ajenas, y si no será que esta ciencia es como el traje del emperador. Pero ya está a mitad de carrera. En todo caso, se ha vuelto alguien suspicaz con los trabajos publicados. En el discurso de graduación, si se hace mención de esto, el rector de turno dirá que este es el estudiante que hemos querido graduar, con pensamiento crítico.

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