La evaluación de los alumnos y aprendizaje del profesor- Santos Guerra, Capitulo 6

EVALUACIÓN DE LOS ALUMNOS Y APRENDIZAJE DEL PROFESOR.

La escuela es el lugar donde se evalúa con más frecuencia y se cambia con menos rapidez, haciendo dudar así, la eficiencia y el rigor de la evaluación como un proceso conducente a la comprensión y la mejora de la actividad educativa.

EJEMPLO DEL DOCENTE QUE SIEMPRE EVALUA CON LAS MISMAS COSTUMBRES. Con esto los alumnos van adquiriendo capacidad adaptativa a las exigencias y expectativas de cada profesor.

Por esta razón, hay que hablar de la evaluación que el profesor hace a los alumnos no es solo para calificar, sino también, para ver los resultados que han tenido los procesos de aprendizajes. Es importante saber que, al realizarse este proceso de evaluación bajo los criterios solo del profesor no se puede avalar la calidad del mismo, esto se debe a que en nuestro país no existe personas ajenas al aula que se encarga de realizar y corregir estas pruebas estandarizadas.

Entonces, si esta rutina establecida por el docente se mantiene de forma incuestionada e incuestionable, en la escuela, también se pone en circulación algún principio educativo el cual es difícilmente cuestionable. Por ejemplo:

• La enseñanza causa el aprendizaje.
• El aprendizaje puede ser comprobado (Medido) a través de las evaluaciones (O de los exámenes/controles).
• Cuando las evaluaciones tienen un resultado negativo, algo le sucede al alumno.

EJEMPLO DEL DOCENTE QUE TIENE UN ALTO PORCENTAJE DE FRACASO DE SUS ALUMNOS DEBIDO A SUS CONCEPCIONES SOBRE LA ENSEÑANZA Y SU PROCESO DE EVALUACION, PERO SE EXCUSA CON “NO HAN ESTUDIADO LO SUFUCIENTE, LA FAMILIA NO LE EXIGE…”

En síntesis, se puede decir que la evaluación es un proceso que pone en cuestión todas nuestras concepciones sobre la enseñanza y la educación. En efecto, la evaluación de los alumnos es un sistema de metaevaluación de la actividad del profesor.

Ahora bien, ¿Qué preocupaciones temáticas y operativas se plantea un profesor cuando piensa, actúa, interpreta la evaluación de los alumnos? Para responder a todas estas preocupaciones David Nevo, plantea dimensiones/cuestiones de la evaluación educativa, las cuales ofrecen al profesor abundante interrogantes sobre los que contrastar su práctica profesional acerca del a evaluación.

Es momento de plantearnos y responder algunas preguntas como:

¿CÓMO SE DEFINE LA EVALUACIÓN?

La evaluación permite comprender la naturaleza de la actividad docente y educativa del aula y del centro. Es por ello, que se la puede definir de diferentes maneras:

• Como sistemática investigación del valor o mérito de algún objeto, la cual, obliga a preguntarse qué es precisamente merito o valor. Hay que resaltar que en el mundo de la educación y en el campo del aprendizaje se suele evaluar el caudal de conocimientos adquiridos, dado a que no es fácil valorar funciones intelectuales como la crítica, el análisis, la síntesis, la opinión, la creación, y más difícil aun es evaluar las actitudes, los hábitos, las disposiciones y los motivos.
• La evaluación educativa es un proceso que, en parte, nos ayuda a determinar si lo que hacemos en las escuelas está contribuyendo a conseguir los fines valiosos o si es contrapuesto a estos fines.

¿QUÉ FUNCIÓN CUMPLE LA EVALUACIÓN? ¿PARA QUÉ SE EVALÚA?

La evaluación cumple:

• La función formativa para el aprovechamiento.
• La función sumativa para la selección, la certificación y la responsabilidad social.
• La psicológica o sociopolítica para buscar la motivación e incrementación del conocimiento.
• La administrativa para ejercer la autoridad.

Se evalúa para:

• El alumno, es decir, para darle una información sobre su aprendizaje.
• El profesor, para que conozca los resultados de su acción (si sus estrategias aplicadas funcionan o no).
• El sistema, para certificar los resultados de los alumnos.

¿CÓMO CONDICIONA LA EVALUACION EL PROCESO DE ENSEÑANZA/APRENDIZAJE?

Se dice que la evaluación condiciona el proceso, ya que, por si lleva consigo una carga de poder, donde, no solo el profesor tiene el poder se seleccionar, de certificar los aciertos y los fracasos, si no también, el sistema educativo, los padres y la sociedad en sí, quienes se encarga de alguna forma llevar el control de la evaluación en las escuelas, es decir, de certificar si se está cumpliendo con lo que los padres esperan para el éxito de sus hijos, o lo que la sociedad espera de las instituciones en sí.

Por esta razón, el proceso de enseñanza va extendiendo el ámbito de la evaluación a más factores de la personalidad del alumno: actitud, hábito, disposición.

Cuando hablamos de la evaluación podemos decir que, también actúa como una función determinante de la practica escolar, porque de alguna manera condiciona la dinámica del aula, ya que a la hora de la verdad no es la hora del aprendizaje sino la hora de la evaluación, en donde todo se enfoca en lo que hay que aprender, el modo de aprendizaje y el momento en que ha de efectuarse la misma.

Con todo esto la evaluación en lugar de ser un instrumento al servicio de un sistema de enseñanza se convierte en una finalidad que somete y modela el resto de los elementos. Cuando la evaluación adquiere este valor final, el sistema genera una dinámica que se aleja y se disfuncióna de los objetivos de formación.

En sí, la evaluación encierra también una fuerza controladora de las costumbres del aula, donde se goza de mayor o menor libertad, posibilidad de esfuerzo, compromiso, en la medida en que el alumno se siente objeto de evaluación.

¿CÓMO FACILITA LA EVALUACIÓN EL CONOCIMIENTO DE LOS PROCESOS DE APRENDIZAJE?

La evaluación es, fundamentalmente, un ejercicio de comprensión, ya que, para evaluar hay que comprender. La evaluación permite al profesor comprender qué tipo de procesos realiza el alumno: Qué ha comprendido y qué no.

El profesor puede comprender cómo se produce el proceso de aprendizaje si traspasa la capa superficial del resultado de la operación, también podrá elegir un tratamiento adecuado en el caso de que conozca cuál es la naturaleza del problema que ha llevado al error: Si los alumnos han entendido mal un problema, un concepto o un razonamiento, el profesor puede pensar que todos los alumnos han estado poco atentos o que, ha existido alguna deficiencia en el proceso de explicación, en la forma de plantear los conocimientos previos de los alumnos.

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